Qué débiles son algunas ligas deportivas en Sucre que se aprovechan de esos vacíos en sus estatutos y estructuras jurídicas para sacarle el cuerpo a las responsabilidades que deben asumir frente a situaciones presentadas, como la del entrenador Erik Pérez, que fue denunciado por presuntamente enviar mensajes inapropiados a las niñas de la selección sub 13 de fútbol de Sucre mientras competían en un torneo en Bucaramanga. Si bien, hasta hoy, Pérez tiene licencia para continuar ejecutando su oficio, no es sano y le resta credibilidad y pantalones a los directivos deportivos y la comisión de disciplina, que prácticamente no le hicieron nada a Pérez, al permitir que pueda ejercer su actividad en otros campeonatos. ¿Acaso la integridad de este sujeto es más importante que la de las niñas acosadas? Es grave que inclusive el InderSucre en cabeza de su director no sea capaz de sentar un precedente y se haya lavado las manos ante un hecho que si lo siguen tapando va a visibilizar lo que sería la rutina de lo que pasa en los deportes que practican las mujeres. Ni el mismo Gobernador, por ser la Liga sujeta al instituto departamental, ha hecho un leve pronunciamiento sobre algo que es realmente grave y que lo están tratando de ocultar. Pérez sigue entrenando y la Liga poco hace ante la situación, definitivamente es un caso vergonzoso y que todo padre debe tener presente para no “entregarle” a sus hijos a manos de desprestigiados y cuestionados personajes.

La labor periodística de El Meridiano logró sacar a flote este escándalo del que pensaban podrían esconder fácilmente.

Autor: Luis Germán Rubiano Farak.