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Inestabilidad e incertidumbre política

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9 de mar. de 2023

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l gobierno del cambio se instauró en el poder bajo la mirada incrédula de quienes estaban en desacuerdo con todo lo que este nuevo mando implicaba.

Sin duda, un gobierno de izquierda es visto con mucho recelo debido al temor de lo desconocido. Últimamente, el país no parece ir por buen camino, y es que, lo que ha pasado en pocos días es digno de una telenovela. Los sucesos de las dos últimas semanas en el "gobierno del cambio" ha generado más dudas, especialmente la salida intempestiva del ministro de educación, Alejandro Gaviria.

No menos grave es la escandalosa denuncia contra el hijo mayor del Presidente quien, al parecer, utilizando su parentesco, se benefició de dádivas y dineros de personas no tan santas en el concierto nacional (presuntamente). Tanto es así, que su propio padre pidió a la Fiscalía lo investigue.

Lo lamentable, indistintamente, de ser ciertas las denuncias, es que todo eso le hace daño a nuestro país, se pierde la confianza entre los colombianos y también afecta la visión de los gobernantes y ciudadanos del mundo. Mientras tanto, baja de manera alarmante la popularidad de Petro.

El país enfrenta una inestable economía, problemas sociales por doquier, rebelión legislativa y una falta de coherencia y coordinación entre quienes conforman el gabinete, que, aunque no es nada ajeno a la historia reciente de Colombia, millones de colombianos que votaron por un nuevo régimen se han desinflado ante tanta incertidumbre política.

Sin embargo, no es hora de celebrar por los tropiezos del Ejecutivo, como veo que hacen muchos en redes sociales con la fastidiosa y mediocre frase "se les dijo, se les advirtió", pues si al Presidente y a su gabinete le va mal, también a Colombia le irá mal y por allí no es la cosa. Más bien, es momento de que reconozcan los errores cometidos y enderezar la carga, tomando las medidas correctivas a la mayor brevedad posible, por el bien de la democracia.

Así las cosas, las próximas elecciones territoriales pueden pasarle factura al Pacto Histórico con sus candidatos a cargos de autoridades locales. Muchos políticos de antaño lo tienen claro y están aprovechando la coyuntura para resurgir de sus cenizas y saltar al escenario político como los grandes salvadores, pero de tan bueno no dan tanto.

Otros, continúan al acecho en la penumbra, pero cuando menos lo esperemos se ofrecerán al mejor postor y saldrán con sus "herramientas" a buscar los votos de una ciudadanía incrédula y timorata que desafortunadamente cree más en palabras bonitas y discursos adornados que en hechos.

Resta decir al gobierno nacional que aún no es tarde para enmendar errores, conciliar y hacer las cosas bien. Es primordial continuar con la defensa de nuestra Carta Magna y respetar todas las ramas del poder público.

El pueblo está a la expectativa, la mayoría quiere un cambio de verdad, y si se les exige más que a gobiernos anteriores es porque prometieron grandes cosas y porque la confianza depositada exige que sea recompensada para concretar cambios positivos para el país. Demuestren que son "el cambio" que prometieron.