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Ineficacia de las reformas

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8 de jun. de 2023

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Por Fernando Negrete Montes

Se cumplen treinta años de la ley 100 de 1993 que modificó el sistema de seguridad social en el país en desarrollo de la Constitución de 1991 para hacer más incluyente la sociedad colombiana, a los cuales se agregó la ley 60 de 1993 que reglamentó las competencias entre los diferentes niveles de gobierno y asignó los recursos en educación, salud, propósito general, pensiones y resguardos indígenas.

Algunos críticos de la ley 100 de 1993 han señalado que, pese a que la Constitución de 1991 es un cúmulo de derechos, los instrumentos utilizados para su aplicación son los neoliberales que conducen mediante la eficiencia de los procesos, la optimización de los recursos y la maximización de las utilidades, a un supuesto detrimento del servicio en contra de los más pobres y en beneficio de los más ricos.

Bajo esta premisa y sin consideración de los aumentos de cobertura en salud y de su calidad bajo la ley 100, se tramita una reforma que busca estatizar el servicio porque como derecho debe estar por fuera de lo que suene a eficiencia y utilidad, para que todo el mundo tenga una salud nivelada por lo bajo y se pierda la iniciativa y estímulo para investigar, innovar y premiar el esfuerzo.

En la parte laboral también se tramita una reforma que olvida que el 54 % de la población económicamente activa tiene un empleo informal y el 12 % está desempleada, es decir, no están cobijados por el régimen de seguridad social, salud y pensión, además de que dicho proyecto aumenta los costos laborales para las empresas, especialmente para comercio, restaurantes, hoteles, generadores del mayor empleo, induciendo a la destrucción del existente y no creación de nuevos.

Con relación a la pensional y después de muchas salidas en falso como la de utilizar los ahorros de los trabajadores como recurso público para hacer obras faraónicas, se llega al proyecto de trasladar los aportes de hasta tres salarios mínimos a Colpensiones que se administrarán con el régimen de prima media y de allí en adelante, como ahorro individual, asunto que fue cuestionado por los profesores de la universidad nacional señalando ir en contra de la clase media.

Como dijo un profesor a sus alumnos: "no se pongan a inventar que el mundo está inventado", significando que hay que observar cómo son las cosas mejorando los procesos, que los cambios llegan tal cual ocurre en el vientre de la madre con la gestación y el nacimiento de un nuevo ser.

En la parte laboral también se tramita
una reforma que olvida que el 54 % de la población económicamente activa tiene un empleo informal y el 12 % está desempleada, es decir, no están cobijados por el régimen de seguridad social.