Por: Rafael Hernández Urueta

En atención al logro de un equilibrio universal, las comunidades modernas, según los acuerdos y Cumbres Ambientales, deben actuar dentro de un esquema de autosustentabilidad. Además del respeto hacia nuestro deteriorado medio natural, el hombre debe tender al respeto hacia sus congéneres y convivir acorde a las situaciones que les ofrece su entorno.

En el idioma chino la palabra crisis está representada por dos ideogramas: peligro y solución. En las crisis, donde se dan confrontaciones de situaciones, es posible generar grandes soluciones y respuestas. Pero definitivamente se debe pensar mucho y con mucha lógica. No se puede ser repetitivo, pues las fórmulas de situaciones regulares no son las mejores y además, dentro del nuevo proceso, no funcionan.

No se puede en un municipio donde la mayor parte de su población, sin tener en cuenta su estrato ni su tradicional nivel de ingresos, se encuentra en una profunda depresión, tratar de quitar el oxígeno que no está respirando el gran volumen de habitantes, ni pretender ser el mago de las captaciones de ingresos, que se encuentran por fuertes razones deprimidas, a base de represión y fuerza jurídica. En una población de deprimidos no puede pretenderse tener un municipio rico y por fuera de crisis, puesto que, más que actuaciones para situaciones normales, se requiere de lluvias, de ideas, de análisis, de creatividad. Este es un momento para la inteligencia, para el diseño de nuevas formas y respuestas de creatividad de campos laborales.

Debemos buscar hablar la verdad, tenemos un sistema fiscal creado alrededor de farsas: Tasas de impuestos altas para ser aplicadas a cuentas mentirosas. En atención a este sistema, la fórmula catastral general en toda la nación ha venido teniendo unas medidas de búsqueda de un merecido y justo equilibrio, tratando una subvaloración drástica en el valor comercial de los inmuebles. Es costoso para el país manejar una doble economía: la real y la subterráneamente fiscal, las dobles contabilidades hicieron historia. Debemos establecer la franqueza en el país: valores reales e impuestos justos y mucho más bajos. Se debe hablar en el idioma de lo verdadero y equilibrado, de lo justo y transparente. Para fomentar la productividad en una crisis se debe tratar de reducir a sus mínimas expresiones costos y ésto traduce menores impuestos.  

Si se tuviese la buena intención de traer los valores comerciales al catastro, consecuentemente, con sana lógica se deberían reducir las tasas. El Municipio, haciendo la parte que antes correspondía al Instituto Geográfico Agustín Codazzi, ahora despojado de sus funciones como institución de estudios fuerte y especializada en el ámbito nacional; quedaría faltando la instancia del Concejo Municipal de reducir sustancialmente las tasas vigentes. Pero mientras esta política no sea ampliada al ámbito nacional, sobrevendrían conflictos fiscales al aumentar exageradamente los patrimonios con los nuevos valores ahora más que duplicados.

En conclusión, debe someterse a un exhaustivo y sano análisis, lo que en este momento es una inconclusa y arbitraria improvisación, no afín con la situación económica de la municipalidad de Sincelejo.

Considero una medida procedente traer la fórmula tradicional de recaudo mientras se implementa, la que desafortunadamente ha sido un abortado, inapropiado e inconcluso proyecto. Un ajuste sobre las fórmulas realizadas tradicionalmente, sería también un hecho injusto, puesto que los avalúos prediales han venido aumentando en años anteriores, aun cuando la realidad de mercado ha demostrado lo contrario.