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Homenaje a Sincelejo

Por
21 de nov. de 2023

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En mi libro, próximo a editarse, titulado Entre el amor y el sexo, el escenario donde transcurren los hechos es la ciudad de Sincelejo, población a la cual describo de la siguiente manera:

"Villa de la Sierra, ciudad de aproximadamente doscientos ochenta mil habitantes, situada a 30 kilómetros del Mar Caribe, esa noche lucía sus mejores galas. Las luces anaranjadas irradiaban desde las lámparas del alumbrado público una claridad parecida a la de la luz del día, lo cual contribuía con el ambiente festivo del Centro y de la Zona Rosa. San Pedro quería congratularse con los enamorados y amigos pues esa noche, a diferencia de la anterior, había cerrado los grifos de la lluvia, y a cambio de ella, desde las alturas de la Sierra Flor, bajaba una brisa fría  que propiciaba un clima ideal para la ocasión. La población, levantada sobre las terrazas de las colinas de la Serranía de San Jerónimo (en este tramo toma el nombre de Sierra Flor) tiene desde su fundación una vocación comercial y turística por ser cruce de caminos entre el mar (al norte) y el río (al sur), lo cual ha facilitado su desarrollo a pesar de carecer de fuentes abundantes de aguas superficiales. Su atractivo turístico se basa principalmente en el paisaje formado por abismos y escarpadas colinas de la zona donde se levanta esta Sierra, la cual por su altura le sirve también de barrera para contener por el norte las fuertes brisas del Mar Caribe, y en la cercanía de este mar que influye no solo con sus brisas sino también en su infraestructura física al tener que construirse numerosos hoteles para los turistas que lo visitan frecuentemente. Además de esto, Villa de la Sierra, es una ciudad bella por naturaleza, por sus atardeceres primaverales adornados con un cielo brillante que solo pierde su color azul por el noreste cuando en los ocasos el sol de los venados al hundirse en los cerros de la Sierra Flor lo incendia con sus lenguas de fuego. Sus orígenes se remontan a un asentamiento indígena que fue refundado por los españoles, quienes les imprimieron a su Plaza principal y a sus edificaciones vecinas los diseños de la arquitectura colonial y republicana. Por tener el clima más fresco de la región, y conservar aún la tranquilidad de las poblaciones pequeñas, se ha convertido en una ciudad apetecida por numerosas instituciones de educación superior lo cual le ha ganado el calificativo de ciudad universitaria. Su ambiente mediterráneo es ideal para una población estudiantil nativa y foránea que además de estudiar, frecuenta sus discotecas y estaderos del Centro, de la Zona Rosa, y de algunos barrios de su accidentada geografía".