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Por: Francisco Cuello Duarte.
El poder político es tan adictivo como el sexo, el foot ball, los videojuegos o el pan de arroz de los Llanos Orientales. El poder causa placer, nos dice Foucault. El poder político embriaga al gobernante de turno. Por eso, cuando alguien llega al poder, no lo quiere soltar fácilmente, pues es muy jugoso y altamente nutritivo. “El poder no conduce a menos placer, sino a más”, nos dice el filósofo surcoreano, Byung Chul Han.
Vale aclarar que todo gobernante es político, pues llega a esos cargos a través de la política. Así las cosas, desde el Presidente de la República, los gobernadores y los alcaldes del país, todos tienen candidatos para ocupar esas posiciones una vez termine su período. Su objetivo es dejar allí a un amigo que le tape todas sus faltas y le permita continuar y terminar, en cuerpo ajeno, su programa de gobierno.
Un ejemplo concreto es el Presidente Petro: sigue en campaña con la lupa puesta en las elecciones territoriales de octubre de 2023. Y le está apuntando a las alcaldías de Bogotá, Medellín y Cali y otros centenares de ciudades importantes en el panorama político nacional. Pero, todo depende del resultado de las elecciones primarias de octubre de 2023.
En la otra orilla, no hay nada claro. La escachada que se pegaron con Rodolfo Hernández todavía los tiene en un sonambulismo colectivo. Por su parte, Claudia López construye su proyecto político desde Bogotá y todo depende de su gestión como alcaldesa en la principal ciudad del país. Desde la derecha, Fico Gutiérrez y María Fernanda Cabal apenas hacen declaraciones que no producen ruido electoral.
El Partido Liberal y el Conservador, siguen entretenidos con un hueso interactivo e inteligente (Wickedbone) como un juguete que remplazó al huesito carnudo que en época anterior se le tiraba al perro criollo en la plaza de mercado del pueblo. Este huesito moderno permite que el perro ladre pero no muerda.
Tal como está el panorama político colombiano y para que estos grupos de derecha llegue al poder se requiere de una verdadera estrategia o que suceda algo inesperado, como fue el caso del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, que con una baja popularidad en su gestión de gobierno, el 24 de febrero de este año la guerra con Rusia le dio un giro de popularidad para convertirlo en el personaje mundial del 2022.