Bogotañerosky. Uyyyy ñero, ahora sí estamos viviendo sabroso, pasamos de volarnos en el Transmilenio, dañar semáforos, tirar piedras al Esmad, encapucharnos para darle piedra a los locales comerciales a ganarnos un millón de lucas, solo por decir que somos gestores de paz.

Vea ñerito, ahora sí nos reconocieron el trabajo sucio que hicimos en la campaña presidencial y un año antes con el paro armado, cuando por semanas estuvimos en la Primera Línea, donde el comandante Bolívar era el que nos mandaba víveres y abarrotes ¡qué tal!

Uyyy hermanito, esa es soberana paga la que nos están dando y lo mejor socio, ¿sabes qué es? que no necesitamos ni ser bachilleres para ganarnos esa platica, ni a los de las mejores pruebas del Icfes en cada departamento le dan nada y a nosotros sí, ellos pailas y nosotros a full papááááááá. Los socios de Montería, conocidos como los capuchos del M-19, de seguro también tendrán su millón dentro de poco, porque el patrón cumple porque cumple, eso ya lo tenemos bastante claro y que ese fue el compromiso. Sisaaaaass.

Si no lo hizo, estos primeros tres párrafos vuélvalos a leer en voz alta, pero con tono de ñero bogotano. Si no sabe como es, busque al humorista Hassan cuando hace de ñero e imite esa voz. El resto de la noticia la puede leer en tono normal.

Algunos abogados consideran como un irrespeto a la Rama Judicial que desde el Ejecutivo se ordenen liberaciones de personas procesadas. “Envía un mensaje negativo a toda la sociedad, afectando así gravemente el respeto a la institucionalidad”, dijo el director de la Corporación Excelencia por la Justicia, Hernando Herrera.

El abogado Francisco Bernate, presidente del Colegio de Abogados Penalistas, quien señaló que “al ordenar estas liberaciones masivas en los próximos días está olvidando por completo las funciones que tienen los jueces de la República”, encargados de evaluar las liberaciones.

El exvicepresidente Germán Vargas Lleras, quien señaló que se violan los requisitos mínimos de la figura de gestores de paz. Por un lado, sostuvo que deben ser miembros de grupos armados, que en este caso no se ha probado, para facilitar acercamientos; mientras que en el otro la amnistía cobija delitos relacionados con la rebelión, que tampoco se ha imputado.