8 de septiembre de 2024
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Ética periodística

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15 de may. de 2023

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Por Félix Manzur Jattin

Alguna vez José Martí decía; "Solo quien sabe de periodismo y de lo costoso del desinterés, puede estimar de veras la energía, la tenacidad, los sacrificios, la prudencia, la fuerza de carácter, que revela la aparición de un diario honrado y libre". La ética periodística constituye un escenario de credibilidad en la información y no la entrega por dádivas o componendas de ninguna naturaleza. El periodista veraz, objetivo, honesto no se inclina ni se subyuga. Es independiente, idóneo, estructurado, cimentado en un actuar libre de presiones. Sin duda alguna existe un periodismo crítico y exento de inclinación a protervas manifestaciones de favorecimiento por dádivas. Sin embargo la revolución digital y cibernética ha hecho que muchos seudoperiodistas disfracen su actuar con extorsión, chantaje, favorecimientos burocráticos o económicos que desdicen de esta sagrada profesión.

El comunicador falto de ética es muy dado a sacralizar por dinero y calumniar procederes honestos. Algunos inescrupulosos manchan la profesión con actos reprobables. La mayoría de los periodistas son honestos, con cimentación ética, respetuosos de los valores humanos pero algunos extorsionan.
Aproximadamente cuatro mil millones de personas utilizan Internet. El 50 % de los humanos se informa, compra por la Web. En América Latina 300 millones de personas utilizan internet, posiblemente muchos más. Este panorama obliga a quienes hacen periodismo digital a realizar una revisión de qué se está informando y cómo.

Según datos a 2017 de cada 100 usuarios de internet 89 utilizan la red social facebook en América Latina. Después de Facebook viene youtube, utilizado principalmente por jóvenes que consumen video juegos o videos tutoriales. Google 50% y Twitter un 50 % y estas cifras van subiendo día a día y el cálculo es difícil por la rapidez en las comunicaciones y la tecnología.

Las leyes colombianas protegen la intimidad y castigan la calumnia, injuria y falsas imputaciones. La constitución, el código penal y hasta el control cibernético policial protegen la integridad o dignidad de las personas.

La ley 599 del 2000 condena por injuria de 16 hasta 54 meses de cárcel y una multa de 13 a 1500 salarios mínimos. Para la calumnia puede llegar hasta 72 meses.

La corte constitucional en la sentencia T-145/16 ha fijado parámetros sobre el uso indebido de las tecnologías y de la información y las comunicaciones, específicamente de las redes sociales, la trasgresión de derechos a la intimidad, la honra, la imagen, el buen nombre y el derecho fundamental a la libertad de expresión y sus límites. Nadie puede ser condenado ni calumniado sin antes haber sido oído y vencido en juicio.