15 de mayo de 2025
Tendencias

© 2023 El Meridiano.

Esta es una historia

Por
17 de jul. de 2023

Compartir con:

thumbnail

Por José Arturo Ealo Gaviria

Una historia se transmite de persona a persona. Su tendencia y su credibilidad dependen de las circunstancias en que son contadas. Una historia es una frase. Una expresión. Pero también posee un objetivo: eso que un conversador desea contar a un oyente en tal circunstancia.

Se llama "fuerza ilocutoria". ¿Acaso el hablante trata de aliviar al receptor, de engañarlo, de venderle mercadería política, o qué otra cosa? La intención de evocar es un punto primordial. Los "New Criticism" o formalismo norteamericano, corriente literaria del siglo XX en Estados Unidos que sugería una lectura "interior" la tomaban como frívola en literatura: no importaba "por qué" Herman Melville había escrito "Moby Dick" o Joseph Conrad "El huésped secreto". Las historias brindan modelos de mundo. Los casos judiciales del pasado sirven como guías para formar la jurisprudencia actual en cuanto a precedentes.

El relato mítico del mundo antiguo, tan celebrado en los escritos de Werner Jaeger, (filólogo germano-estadounidense) y Jean-Pierre Vernant (historiador francés), era concebido como modelo de vicios y virtudes. Narrar una historia no equivale a invitar a ser como es aquella, sino a ver el mundo como se encarna en la historia.

Con el tiempo, compartir historias comunes crea un grupo de interpretación, algo de gran eficacia no solo para el enlace cultural en general, sino en especial para la creación del complejo de leyes: el "corpus juris".
Para descubrir el plano de una historia, aunque tal vez dé cierto alivio temporal, crea uno propio. El uso social y político del pasado está vinculado con la memoria. La expresión trata de dar cuenta de cómo diversos actores sociales apelan al ayer, ampliamente relacionado con recuerdos, hasta el punto que se enmarañan. Las dos se fundan en lo remoto y ambas conciben el pasado en el presente.

Contienen una plena dimensión individual y a su vez un sentido colectivo. Así, la "memoria colectiva" sería entonces un conjunto de manifestaciones que no sólo revelan sino que hace ver, leer o pensar lo presente del pasado y tienen la función de estructurar la identidad del grupo o de la nación. Por ende, hay que definirlos como tales y distinguirlos de otras entidades equiparables. Se necesita la evocación, el recuerdo de un suceso ya vivido o narración, testimonio o gran relato, como elección del pasado, interpretaciones e instrumentos de éste: conmemoración, monumento, e incluso huella de la historia y peso del pasado.

El uso social y político del pasado está vinculado con la memoria.