Por Carlos Rodríguez Santos

El senador Humberto De la Calle con relación a la reforma a la salud aseguró: "Yo le pido al Gobierno que tenga extremo cuidado con la naturaleza de esta ley, porque si es estatutaria, no puede ir a sesione extras, exige más mayorías y tendría examen previo de la Corte Constitucional. En mi opinión eso es bueno para Colombia".

Pues bien, con ese comentario ya empieza a relucir el "formalismo legal" a la reforma, influenciado por la "escuela francesa de la Exegesis", el "conceptualismo alemán" y el propio "positivísimo jurídico", que han logrado asociarse en las mentes de determinados abogados y servidores públicos en especial de la rama judicial, hasta crear una conciencia jurídica dominante pero errada y falseada en nuestro país sobre la validez del derecho formal, que se ve reflejado en la ineficacia del Estado colombiano, en cuanto a sus fines.

Ciertamente, que nuestra Constitución establece que, mediante las leyes estatutarias, el Congreso de la República regulará derechos y deberes fundamentales de las personas y los procedimientos y recursos para su protección (art. 152, literal b, Const.).

Así mismo, determina expresamente que el derecho a la salud de los niños y las niñas es de rango fundamental (CP, art. 44) y la Corte Constitucional, por su parte, mediante sentencias de tutela precisó que, en sí mismo, el derecho a la salud no puede ser considerado fundamental porque no es un derecho subjetivo, pero puede afirmarse que el derecho a la salud es fundamental cuando está relacionado en un caso particular con la protección a la vida, la pobreza, la condición física y mental, la irregularidad de la situación familiar y los adultos mayores. (ST-484/1992, 2 ST-850/2002).
En efecto, ese comentario del senador, conocedor del formalismo legal predominante en nuestro país sobre la validez del derecho formal, no es nada prudente, pues, ¿por qué no ha demandado la ley 100 de 1993 por ser una ley ordinaria y no estatutaria?, ¿por qué buscarle cinco pies al gato, ahora? "Buscarle cinco pies al gato" se dice de los que con embustes nos quieren hacer entender lo imposible; nació de que uno quiso probar que la cola del gato era pie". Se las dejo allí.