Por: Paulina Jaramillo Mendoza.

Para aquellos que son amantes de la literatura y de la escritura, son conscientes de ante mano que un libro desde su portada hasta llegar a su contenido puede, en diferentes ocasiones, inspirarnos cualquier tipo de sentimientos o emociones. Es por esto que cada una de las obras del escritor sanonofrino Thiago Bettin, son ese tren con destino a mundos maravillosos.

"Desde resplandecer las más dulces alegrías, hasta enjaularnos en la tristeza más grande, pero nunca un libro será sinónimo de dañar o herir los sentimientos de quien los lee"

Cada uno de los ejemplares que por alguna razón llegan o llegarán a nuestras manos pueden en un instante llevarnos a mundos mágicos creados por sus escritores o en su defecto, nosotros, crear antes de leerlos nuestros mundos para entrar allí y en su defecto, estando ahí seguros olvidarnos de la realidad, la propia o la ajena, creada por nuestra mente que en algunas ocasiones juega a querernos ganar la partida. Es por esto, que siempre existirán escritores que a través de sus líneas buscarán ser esa pieza final del rompecabezas para darle el sentido que el lector en ese instante necesita para definir su existencia. Gracias a las olas y al cántico de las aves de Rincón del Mar por traer envuelto en las alas de una cigüeña al que hoy se convirtió en la voz de quienes no tienen y en su tierra como en sus alrededores, busca ser esa solución para cambiar realidades a través de la escritura. Bettin sintió, al pasar el tiempo y observar la realidad ajena y propia, la necesidad de compartir en líneas todo aquello que a su alrededor se convertía en un fragmento de una vivencia que merecía ser expandida al mundo.

Aproximadamente hace cinco años, el hoy escritor empezó a materializar su camino, el cual venía acompañado de libros, poemas, novelas y un sinfín de mágicos escritos que en su conjunto mostrarían su talento para hacer parte del espectacular mundo de la escritura. Bettin encontró su inspiración en el concepto de ir en contra del sistema, en contra de ese mundo globalizado que desde hace décadas viene forjando títeres y no personas. Cada uno de sus escritos manifiesta aquella voz que nadie escucha, aquellos pasos olvidados en el barro, aquellas huellas que se marcaron en la arena, pero el mar se las llevó más allá de lo que las pupilas alcanzan a ver cuando el ocaso cae sobre las aguas.

“Me motivan los prejuicios, la injusticia, el amor, Dios y mi madre”

El escritor, al dialogar con este medio, le manifestó que para continuar a pesar de los obstáculos, él se vale de la resiliencia, de confiar en el proceso y creer que nada es imposible, aunque desee morir una y mil veces. Thiago Bettin cuenta con dos obras, estas son llamadas: Lágrimas Furtivas y El Valle de los Ingratos, esta última fue titulada así porque el artista percibió bastante ingratitud al momento de plasmar sus líneas en el papel.

Mensaje a la sociedad
"Creer en uno mismo, hacer las cosas de corazón, vivir sin prejuicios, no temerle a la muerte. Ama sin miedos que el tiempo se agota", indicó el escritor.