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#ElMeridianito | Niñez y mundo digital: la cara A y la cara B

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29 de abr. de 2023

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La celebración del Día de la Niñez y la Recreación en Colombia siempre está enmarcada en la defensa de los derechos y eso incluye también los de acceso al universo digital por medio de todo tipo de dispositivos como celulares, tabletas y computadoras. Allí es donde juega un papel importante el saber qué tan expuestos están los pequeños en la red y, además, los deberes de los padres para controlar las situaciones que pueden significar un riesgo para sus hijos. Por eso evaluamos los tipos de controles, qué clase de contenidos abundan en las redes y, además, qué depara el futuro digital para los niños.

Desde un punto de vista psicológico los padres juegan un papel fundamental dentro de la crianza que les brindan a sus hijos, de acuerdo con los valores y el estilo de vida de su familia, así lo resume el psicólogo en formación de la Universidad Antonio José de Sucre (UAJS), Josué Miguel Díaz.

A los niños les gusta hablar y ser escuchados, es importante que los padres realicen actividades de tiempo ocio con ellos, no incluyendo tecnología dentro de sus actividades. Que les enseñen de forma saludable el uso de las tecnologías, colocándole los límites que les ayudará a sentirse seguros al estar frente a una pantalla, y aun así no dejando de lado las actividades que tienen dentro de su entorno.

¿Cómo el menor debe entender el consumo de pantalla?
Existen diferentes edades para que los niños accedan a la era digital. Entre edades de 1 a 2 años no es recomendable que pasen tiempo frente a una pantalla porque en esa edad es donde empiezan a desarrollar actividades psicomotoras logrando adquirir madurez durante la etapa de crecimiento.

Para los que están en la edad de preescolar no se recomienda que pasen más de una hora al día con dispositivos, es aconsejable el acompañamiento de los padres y que ellos elijan contenidos saludables que le aporten aprendizaje, e igualmente para los adolescentes entre 11 a 16 años es importante que el uso de las tecnologías no remplace sus actividades académicas.

¿Cómo son los síntomas en los cuales se evidencia que hay consumo o adición a estas pantallas?
En el caso de los niños que se vuelven adictos al consumo de pantalla les generaría conductas agresivas y muchas veces violencia hacía sus padres o compañeros de clase.

En cuanto a los adolescentes tendrían conductas de ansiedad, nerviosismo, pensamientos obsesivos, dolores de cabeza, taquicardia, dolor de estómago culpa e inquietudes.

También tendrían una patología relacionada con la nomofobia, este término hace referencia al miedo de no estar con el teléfono móvil.

Desde la psicología se recomienda que los padres siempre actúen de una manera consciente y responsable en cuanto al uso de esos dispositivos, según lo que dijo la psicóloga Mónica Hernández, también de la UAJS.

Se deben establecer unas normas claras en cuanto a ese uso de dispositivos, que los niños sepan que hay un tiempo límite, una fecha límite y un horario específico con la finalidad de que ellos no recurran al exceso.

Otra recomendación sería que los acompañen, por supuesto los padres deben de saber qué es lo que ven sus hijos en las pantallas porque dado que el internet, así como es provechoso para algunas actividades y para aprendizaje, también puede generar información errada.

"No todos los días se tiene que ver pantallas, hay que variar, llevarlos al parque, sacarlos de la casa y generar un equilibrio", dijo la profesional.

El uso excesivo de las pantallas conduce a problemas no solo de salud física y mental sino de adicción. Los síntomas son: no salir a realizar actividades físicas, dolores de cabeza, fatiga ocular y problemas de sueño, entre otros.

¿Cuándo la pantalla puede resultar nociva en los niños?

Los niños menores de dos años necesitan explorar el entorno e interaccionar con sus cuidadores, para poder desarrollar adecuadamente su capacidad intelectual, el lenguaje, la motricidad, la afectividad y las habilidades sociales. Según algunos estudios, el uso excesivo de pantallas en menores de 30 meses se asocia a un retraso cognitivo en estos ámbitos, de ahí la restricción total de su uso recomendada por la OMS.

Este retraso cognitivo genera problemas de aprendizaje y está vinculado a la falta de interacción con su referente afectivo, a la interferencia en el desarrollo de la imaginación creativa, las imágenes mentales y la tridimensionalidad.

El aprendizaje que los más pequeños realizan a través de pantallas y no de la interacción directa con el adulto, ocasiona lo que se conoce como "déficit del vídeo" y que se refiere a la dificultad que tienen de procesar el aprendizaje y trasladarlo al mundo real. Esto hace referencia tanto a imágenes como a interpretación del lenguaje, y tiene su origen en una limitación del pensamiento simbólico necesario para el aprendizaje.

En etapas posteriores, durante la escolarización, el uso excesivo de los ordenadores, tabletas y móviles, está ocasionando dificultades en la lecto-escritura.

Cada vez más niños sujetan el lápiz de forma incorrecta, porque no están acostumbrados a ejercitar el tacto. El hecho de escribir sobre un teclado en lugar de hacerlo con un lápiz sobre el papel tiene un impacto directo en el desarrollo del cerebro, la motricidad fina, la memoria, la orientación espacial, la comprensión lectora y la capacidad de expresarse del niño.

Es necesario regular el tiempo de utilización de pantallas por parte de los niños. Si les acostumbramos a dejarles utilizarlas para que se entretengan, les estamos creando una dependencia de algo que está demostrado que genera adicción. Por otra parte, estamos reduciendo su tolerancia a la frustración y, en consecuencia, privándoles de desarrollar una capacidad que van a necesitar el resto de sus vidas para afrontar contratiempos y que, si no se cultiva a tiempo, desencadena en problemas de ansiedad y salud mental.

¿Hay control parental al acceso de los niños al mundo digital?

La tecnología está abrazando el mundo y en muchos casos no hay filtro para los más pequeños del hogar. Es así como los niños tienen acceso a distintas plataformas tanto de videos como redes sociales que si no se tiene un control o limitaciones puede resultar perjudicial tanto para su comportamiento como para el mismo hogar.

A la hora de decidir qué aplicaciones son apropiadas para sus hijos los padres muchas veces responden lo obvio, como las que tienen controles de ellos mismos, si son apropiadas para la edad de los hijos o si son necesarias para su escolarización.

Los estudios relacionados con el tema muestran que pocos son los padres que usan bloqueos parentales en determinados sitios, la aprobación de nuevos contactos en los teléfonos móviles de sus pequeños, la configuración de la privacidad, los límites de tiempo diarios y un código de acceso para determinados contenidos. Como quien dice, falta control.

Algunas aplicaciones creadas específicamente para niños pequeños han intentado limitar los riesgos de seguridad restringiendo funciones como la publicación de fotos o el uso de chats privados, u ofreciendo informes de uso para los padres.

El no ejercer ningún tipo de control obedecería a razones tales como la imposibilidad de encontrar la información necesaria para configurarlo, la creencia de que supervisar el uso de las aplicaciones de redes sociales por parte de sus hijos requería demasiado tiempo o la consideración de que era una pérdida de tiempo porque los niños encontraban formas de eludir el control parental.

Los padres que permiten que los niños más pequeños participen en las redes sociales o acceso a los videos que abundan deben asumir la responsabilidad de hacer que el entorno en línea del niño sea lo más seguro posible.

Si los padres no pueden comprometerse a tomar un papel activo en el uso de las redes sociales de sus hijos, deberían hacer que estos esperen para utilizar estas aplicaciones.

Gran parte de los contenidos de las redes sociales se agigantan, se filtran o se retocan de alguna manera para conseguir más 'engagement' en el feed de recomendaciones.

Enseñar a los niños a tener una dosis saludable de escepticismo cuando miran cualquier feed de recomendaciones es crucial en este momento de agitación virtual.

Sigue estos pasos para cambiar el parámetro de configuración de contenido de tu hijo o hija a solo contenido aprobado:

  • Abre la app de YouTube Kids en el dispositivo de tu hijo o hija.
  • Presiona el ícono de bloqueo en la esquina inferior de cualquier página de la app.
  • Soluciona el problema de multiplicación o ingresa tu contraseña personalizada.
  • Selecciona Configuración.
  • Selecciona el perfil de tu hijo o hija y escribe la contraseña de tu cuenta parental.
  • Selecciona solo contenido aprobado para activar esta opción.
  • Lee la información que aparece en la ventana emergente 'Comenzar'.
  • Presiona seleccionar.
  • Presiona el ícono en cualquier colección, canal o video con contenido que quieras aprobar para que tu hijo o hija pueda verlo.
  • Selecciona LISTO en el cuadro rojo ubicado en la parte inferior de la página para salir.

Los contenidos para los niños están caracterizados por vídeos que incluyen un componente educativo importante que permiten trabajar temas variados como el abecedario, las tablas de multiplicar, las sumas, los números y canciones infantiles, pero hay algunos videos o programas que guardan un doble sentido sin que el menor pueda percatarse.

Buenos

  • Biper y sus amigos
  • El mundo de luna
  • Pocoyó
  • Jorge el curioso
  • Blippi español

Malos

  • Niki juega
  • Diana y roma
  • Sami slime
  • La Granja de Zenón
  • Bebés llorones

Las emociones y la salud, en juego cuando hay adicciones

Además de las pantallas digitales con videos y redes sociales, hay otros riesgos que los padres deben tener en cuenta. Se trata de los videojuegos que son programas de ordenador que, conectados a una pantalla de dispositivos móviles o televisión, integran un sistema de vídeo y audio, el cual puede ser adictivo para los niños.

A través de ese sistema, el usuario puede vivir experiencias disfrutando de actividades que en la realidad no practicaría.

Los videojuegos pueden tener efectos nocivos sobre la salud. Se han comprobado ciertos efectos perjudiciales sobre la salud de los niños derivados simplemente de su uso.

En un porcentaje reducido, según algunos autores un 1%, desencadenan crisis convulsivas en niños con antecedentes de epilepsia. La causa de estas crisis se debería a los destellos y cambios en la intensidad de los colores.
Por un lado, están ampliamente descritos en la literatura los efectos perniciosos derivados del uso excesivo.

El empleo incontrolado de estos juegos puede suponer un desorden grave en la vida de los niños y adolescentes. El jugador obsesivo, ha perdido el control sobre el juego. Es el propio juego el que marca hasta dónde puede llegar.

Habitualmente, se llega a estas situaciones de forma progresiva. Al principio, el empleo de los videojuegos se hace de forma esporádica, a continuación, la frecuencia aumenta hasta hacerse prácticamente diaria. En este momento la situación es de alto riesgo, advirtiéndose repercusiones sobre otros aspectos de la vida ordinaria.

Estos videojuegos pueden introducir pautas de comportamiento muy patológicas en una personalidad en formación como la del niño.

En este sentido, no hay que olvidar que en la infancia y adolescencia el desarrollo de la personalidad depende entre otras cosas de modelos o estereotipos sobre los que el niño o adolescente centra su atención.

En contraposición a la figura de los padres y al igual que los modelos erróneos de héroes pueden resultar perjudiciales, no podemos despreciar el efecto terrible que pueden tener esos personajes de ficción con estas conductas agresivas y de menosprecio hacia los demás.

Otro efecto muy nocivo de los videojuegos sobre los niños y adolescentes, es el derivado de la presión consumista que se puede ejercer sobre ellos y en último lugar sobre los padres. La adquisición de aparatos con un alto coste económico puede suponer un regalo o premio desproporcionado para el fin que se pretende.

Además, la posesión de estos aparatos supone un elemento de discriminación frente a otros niños que no pueden disponer de ellos.

No hay que olvidar tampoco que el interés sobre un determinado juego suele ser limitado.