13 de mayo de 2025
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El terremoto interno

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19 de feb. de 2023

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Por: Susana Viera.

La avalancha teórica, publicitaria, visual, musical y por todos los medios propios de las masas, aborda un tema común y doliente para todas las personas: el amor propio y sus beneficios. De manera sabia y sucinta, Miguel de Cervantes, en la siguiente frase impregnada de quijotismo, nos habla sobre el remedio para muchas desavenencias: “Como no estás experimentado en las cosas del mundo, todas las cosas que tienen algo de dificultad te parecen imposibles, confía en el tiempo, suele dar dulces salidas a amargas dificultades”

Por otro lado, predican los científicos y entiendo de sus estudios sobre el comportamiento humano, que muchas vicisitudes físicas y mentales son hormonales.  Por ejemplo, la dopamina que nos ata a los objetos, seres y cosas. Seguimos trabajando sobre cómo curarnos de aquello nos genera adicción, incluido el amor. En la esfera personal, en general, nos preocupamos por amar y ser amados, y finalmente, cuando ya no nos aman y nos golpea el desamor, recordamos que existe el amor propio.

La pregunta pertinente es, por qué es importante dedicarle neuronas a un tema profundamente transitado, mientras al otro lado del mundo rescatan a una recién nacida de los escombros del terrible terremoto en Turquía que arrasó con tantas vidas. Incluso la noticia actual es el intento de secuestro de esa bebe, por razones políticas, ideológicas y muchas intenciones oscuras detrás de ese inadmisible acto. Y así, tantos otros asuntos que ameritan visibilizarse, problematizarse o digerirse. Sencillamente, porque no estamos experimentados en salvar el mundo, pero quizás, si podemos salvar una vida, y puede ser la propia.

Hay días en que estamos tan sórdidos y absortos en nuestros problemas, que no vemos más allá de un titular para estar actualizados sobre lo que acontece en otros hemisferios. Obviamente, aflora la sensibilidad, solidaridad moral y empatía humana. Luego vemos cómo nuestros días pasan y todo lo que nos abrumaba ante los hechos ajenos o alejados, se disipa y se disuelve. ¿Esto es, lo que hace el tiempo?

Una de las grandes tragedias humanas es el desamor propio, esa flagelación emocional que conlleva al auto matoneo, al suicidio y hasta al homicidio. Una persona racional, con carácter y amor propio, consciente de su valía, no permite que otro individuo determine el rumbo de su vida. Una persona que valora el disfrute de las cosas solo o en compañía, no pierde su vida asesinando a otra porque no lo ama. Tampoco destruye a sus semejantes con acciones dolosas. Si estás frente a un terremoto interno, existen tres grandes rescatistas: la fe intacta, el tiempo y el amor propio.