26 de abril de 2024
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El sexo y nosotros

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4 de dic. de 2022

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Por: Lewis Pereira González.

El sexo es una poderosa fuerza para cualquier ser humano porque tiene una base biológica, deriva del hecho de que tenemos que reproducirnos y que la naturaleza puso en nuestro interior, algo que todos deseamos para convencernos de que lo hagamos: El orgasmo. En términos científicos, el orgasmo es un Estado Alterado de Consciencia, es decir, induce un trance cuando lo vivimos, comparable a la hipnosis o a las posesiones espirituales, solo que se trata de un trance de placer intenso. No es de extrañar, lógicamente, que existan adictos al sexo o los que quieren tener esa sensación todo el tiempo.

A nadie se le puede culpar porque, como he dicho, se trata de una fuerza muy poderosa de raíces biológicas. Los adolescentes no aguantan y se rinden a ella, y aparece el embarazo adolescente si no se toman las medidas de prevención necesarias. A veces no queremos ver que este sector de la población tiene sentimientos sexuales como todos los demás, pero no es así, como lo dedujo Sigmund Freud a comienzos del siglo XX, desde la niñez tenemos sentimientos sexuales. Y el Informe Hite, que es probablemente el estudio sobre sexualidad más importante del siglo XX, nos hizo saber que hay personas que se masturban desde muy temprana edad, es decir, descubren la sensación y quieren seguirla teniendo.

No tiene porque ser malo esto, pero nuestra relación con el sexo es compleja y cotidiana, está presente a cada momento; las redes sociales, por ejemplo, ofrecen vídeos de mujeres bailando de maneras provocativas, semidesnudas, que de inmediato generan millones de visitas. Como las redes pagan por eso, hay mujeres que viven de tal actividad o que, si no viven de ello, logran generar ingresos extras. Algunas, de hecho, comentan que es muy fácil hacerlo porque sólo tienen que moverse un poco y las compañías le transfieren dinero. Eso lo puede hacer cualquier persona porque las redes son participativas.

El asunto es viejo, como se sabe por qué, en la época del papel, hombres y mujeres aparecían semidesnudos en vallas publicitarias y en revistas impresas. Y el asunto va más allá: En otras circunstancias, los hombres regalan apartamentos, vehículos (cuando tienen dinero), celulares, vestidos, prendas de oro y todo tipo de cosas por razones sexuales. Los hombres aprovechan, las mujeres también. Las estadísticas dicen que en esta confluencia de intereses las mujeres más altas y bonitas se casan con los hombres que tienen más dinero. Las mujeres quieren ser bellas, los hombres quieren tenerlas, buscan la belleza sexualizada.