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El padre ‘Gumer’:
Los hombres santos sí existen

El vive en Cereté Córdoba, en un barrio humilde llamado Wilches, Nació un 9 de Abril en la provincia de Vigo, España, en el año de 1923, y hoy a sus 99 años después de haber recorrido la gran mayoría de los pueblos y veredas del alto, medio y bajo Sinú, de haber apadrinado estudios de seminaristas, sacerdotes, religiosos y profesionales de otras áreas, son muchos tantos de los cuales hoy día admiran y reconocen el ejemplo de abnegación al servicio de los menos favorecidos.
En Cereté han sido muchos los que han tenido la dicha de encontrarse con esa mano amiga que no dudó un instante para asistir y socorrer a aquellos que por las circunstancias y vicisitudes de la vida se les imposibilitaba defenderse en la vida y realizar sus sueños, y para muchos fue posible gracias al encuentro con “Ese Buen Samaritano” que desde la Peninsula Ibérica llegó a nuestras tierras para ayudar incondicionalmente a quienes no tenían nada, ni tampoco a nadie que les socorriera.
Hoy día, sigue siendo ese mismo misionero, que siendo uno con nosotros vino para quedarse por siempre en nuestros corazones.
Actualmente construyó en el Barrio Wilches una réplica de la Parroquia de su ciudad natal, al cual sus moradores y habitantes de las ciudades circunvecinas continúan asistiendo al oficio litúrgico en torrencial peregrinación para llegar a escuchar la Santa Eucaristía que él preside.
El Padre Gume, muy a pesar que sus superiores jerárquicos lo enviaran a descansar a un sitio cómodo con todo el bienestar que un Presbítero requiere, decidió ir a una casa sin ningún tipo de lujos, humilde y sencilla (como él mismo lo pidió), tomó su morada como una Extensión de su Parroquia para continuar latiendo fervorosamente con su corazón en el anuncio de la Buena Nueva, continuando con el ejercicio de su actividad pastoral, guiando y patrocinando a muchos aspirantes al seminario, sacerdotes, obispos, profesionales y religiosos a los que ayuda en la Promoción y Desarrollo del llamado Vocacional al Servicio del Pueblo de DIOS.
Seguimos siendo muchos los que aún contamos con la fortuna de tener como guía espiritual a un CASTO SACERDOTE que inspira a cultivar el celo apostólico que lleva a los hombres a mirar al Cielo para Orar al Señor de Señores, Promoviendo sin descanso el Servicio, la Humildad y la Sencillez de Cristo como espejo de la santidad que deben irradiar los Hijos de DIOS por donde quiera que pasen.
Muchos profesionales del Departamento de Córdoba y del Resto del País son Testigos Vivientes de haber sido provistos por la mano amiga del Buen Samaritano que sin discriminación alguna ayudó a forjar su destino transformandolos en ciudadanos de bien, que hoy agradecidos damos Gracias a “La Virgen Maria, Madre del Sumo y Eterno Sacerdote” por el regalo de llegar a conocer en estos tiempos de carencia de valores: “QUE LOS HOMBRES SANTOS SÍ EXISTEN”
Al Padre “Gume,” como lo llamamos muy amorosamente sus discípulos, es muy común verlo en su impecable y siempre puesta sotana blanca, de a pié, en una bicicleta como San Tropel, tomando una mototaxi, o cualquier medio de transporte no convencional llevando la comunión a un enfermo, dándole consuelo a aquellos que han perdido a un ser querido, conciliando matrimonios, recuperando a ovejas que estaban a punto de perderse y llevando a los pies de CRISTO nuevas almas!…
En Cereté, si hay alguna persona que conozca mejor a cada habitante es precisamente “El PADRE GUME”
A nuestros Sacerdotes Contemporaneos es muy común escucharles decir: “Que se sienten avergonzados frente al Dinamismo y a la Santidad de un Hombre de más de 99 años con tanta Vitalidad y Celo Apostólico”…
Es tanta la gratitud y el fervor que el Pueblo de Cereté siente hacia el Padre Gume que uno de sus Alcaldes no dudó en Nombrarlo “Hijo Benemerito y Adoptivo de Cereté”, detalle al cual el Padre Gume respondió diciendo que pedía a éste Bello Pueblo que cuando Partiera a la Morada de Nuestro Padre Celestial lo enterraran es éste Suelo, el cual fue fecundo para el desarrollo de su Vocacion Ministerial al Servicio Apostolico del Sacerdocio en la Iglesia que es Una, Santa Catolica y Apostólica.
Cereté aún tiene la dicha de contar con la presencia de aquél que muy amorosamente tomó éste suelo para pasar sus últimos días y descansar junto a aquellos que hemos tenido el privilegio de decir: “He conocido a San Juan Bosco en Cereté… y lleva por nombre: Gumersindo Dominguez Alonso”!…