28 de marzo de 2024
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El Dulce Nombre de Jesús

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20 de ene. de 2023

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Por: Samuel Morales Turizo.

A propósito de la historia de las corralejas, hace más de un siglo que el ganadero sinceano Sebastián Romero Pineda, radicado en Sincelejo, proporcionaba los toros, los garrocheros, los manteros, los banderilleros, la alimentación, el ron, alojamiento para nativos e incluso visitantes en las Festividades del 20 de Enero.
Las fiestas en corralejas son rituales y tradiciones de los pueblos de la Región Caribe, permanecerán intactas, porque son herencias culturales de muchos siglos, traídas por los españoles. Este encuentro festivo exalta representaciones como la música, la gastronomía, bebidas típicas y los atuendos sabaneros: ponchos, sombreros, vueltiaos, abarcas tres puntá, acompañadas por las vestimentas femeninas de la moda actual. El instante más esperado es el enfrentamiento hombre y toro, fascina observar de cerca la faena de la garrocha, manta y banderilla.
La principal virtud del garrochero es la excelente manera de montar a caballo y la forma de tirar el palo para picarlo, escarbándole el lomo al toro, haciéndole dar más de una vuelta a la plaza que se estremece de la emoción. En la noche de las corraleras se lleva a cabo otra fiesta: el fandango, no es ya esa danza casi ritual, sino una fiesta donde todos participan y bailan la música regional, solamente en algunos pueblos de la comarca se baila todavía el fandango tradicional.

Los asistentes a estos festejos lucen con alegría el sombrero vueltiao, especialmente en los palcos y en la plaza, donde los garrocheros desde sus caballos los ostentan con agrado.

También lo contemplamos en los fandangos, los hombres danzan llevándole encima de su cabeza como emblema. Estos festejos no son una solemnidad. Es más bien un juego o diversión que recuerda la jornada diaria de los vaqueros en los hatos de las sabanas sucreñas. Sincelejo es una ciudad generosa, abierta a aprender y a hacer suyo lo que es querido por los demás, como son las festividades del 20 de Enero, en honor al Dulce Nombre de Jesús. El garrochero, heredero del picador hispano y su veteranía, sale a relucir por la práctica que realizan en el pastoreo y lidia de los toros.
El garrochero debe ser un hombre fuerte. Con todas estas vivencias de alegría, comprender que es posible, crear desde el estado espacios maravillosos para compartir y para que el espíritu humano, la sensibilidad y las emociones puedan realizarse.