25 de abril de 2024
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El desconocido que veo en el espejo

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11 de mar. de 2023

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Por Olga Bustamante M.

Creo conocer ese personaje que veo en el espejo, todos los días. Conozco sus facciones, estatura, contextura física y rasgos característicos. Dependiendo del estado anímico, también puedo observar su sonrisa o ver, correr sus lágrimas, los gestos de duda, enojo, desilusión o cansancio …, hasta ahí.
De ese personaje tan cercano y a la vez tan lejano, se me escapan los porqués de sus sentimientos, sus historias no entendidas, mal interpretadas u olvidadas. Los porqués de sus decisiones y reacciones acertadas o fallidas. Las verdaderas causas de sus logros y fracasos. Desconozco conscientemente las huellas que la existencia cinceló en su alma; sus enlaces con otros hechos y personas. Son muchas preguntas sin respuesta detrás de ese rostro.

Observo, más que realidades: máscaras. Aquellas que me pongo para agradar, para parecer no ser yo, para mentir en busca de otros intereses. La máscara que oculta mis debilidades y vicios. No es fácil ser amigo de quien no conocemos. Es por eso que nos fallamos a nosotros mismos, nos engañamos, en ocasiones somos nuestro propio enemigo.

No sin razón, cuando le preguntaron a Sócrates a qué se podían reducir todos los mandatos filosóficos, respondió: "Conócete a ti mismo". Empecemos por lo más sencillo: nadie conoce realmente su cara, vemos imágenes externas de ella en el espejo o en fotos, la otra cara interior, la miramos con los ojos cerrados cuando reflexionamos o meditamos. Pregunto: ¿Esa imagen que los demás ven de mí es la que realmente quiero mostrar? ¿O es la imagen que perciben los demás de acuerdo a sus propias limitaciones? ¿Qué me hace creer que la imagen que estoy mostrando es lo mejor de mí?

Confiar en la realidad que no vemos ni palpamos de nosotros mismos, es el gran reto. No vemos el aire que respiramos, pero lo sentimos y reconocemos sus beneficios. No vemos la energía que nos da vida y movimiento, pero sentimos sus efectos. Esa energía, es el espíritu interior que nos permite hacer contacto con una realidad exterior. La frase bíblica "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" hace referencia a la ignorancia espiritual. No alcanzamos a medir con los sentidos, lo que somos en la dimensión inmaterial.

Si no logramos equilibrar nuestra fuerza interior y solo respondemos a lo que nos dicta nuestra relación con el entorno, jamás podremos ver, la verdadera dimensión de nuestro propio rostro. El enredo está en la mente. Ya lo dijo Platón: "No son los ojos los que ven, sino lo que nosotros vemos por medio de los ojos."