No ha sido un golpe fácil de asumir por parte de los sincelejanos el hecho que la implementación de la actualización catastral de la ciudad haya venido con altos aumentos en las valorizaciones de muchos inmuebles y predios y su lógico impacto sobre el impuesto predial. Si bien podría catalogarse como impopular la adopción del mismo por estar cercano un ejercicio electoral, lo cierto es que a la Administración Municipal no le quedó otra que ponerlo en marcha por los límites que la misma ley le determina y que no podían evadir. Entre los ruidos de los quejosos, por lo que denominan injustificados aumentos, debe entonces la cartera de Hacienda municipal atender a tantas inquietudes que le lleguen por parte de los contribuyentes, no menos importante, solventarse jurídicamente ante las posibles críticas y acciones jurídicas que le llegarán al municipio para tratar de tumbar esta implementación que también es aplicada en otras ciudades del país. El secretario ha sido enfático en atender las solicitudes que lleguen, pero más que atajar las quejas, se debe sensibilizar sobre el cómo se aplicó el modelo y el para qué de esta situación, por ello la comunicación y la cercanía con el contribuyente debe ser permanente. Pasaron 10 años sin actualización y lo que nadie quizás quería llegó, ahora toca en medio de tanta crisis, sobrellevar la nueva ola de impuestos que contribuirán al beneficio de la ciudad.

Mientras Sucre bajó de categoría, Sincelejo quiere pasar y ascender a la categoría 1.

Autor: Luis Germán Rubiano Farak.