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Dios se hizo hombre

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24 de feb. de 2023

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Por Selma Samur de H.

Es tanto el amor de Dios y tan firme su promesa de estar presente en nuestra vida, que se hizo hombre para poder ejemplarizarnos su enseñanza y hacerla eterna por medio de su perenne permanencia entre sus hijos.

Si durante las semanas anteriores, leyendo los relatos que hice aquí mismo sobre los sucesos narrados en el Antiguo Testamento, ustedes pudieron considerar que eran inverosímiles, hoy podrán apreciar que para Dios nada es imposible y que, realmente, somos nosotros por nuestra falta de fe, por el desconocimiento de la infinita naturaleza Divina o por el arraigo al mundo de lo conocido, que nos hemos vuelto incrédulos y apegados al limitado razonamiento de lo previsible.

Con la decisión del Padre Eterno, de venir al mundo por medio de la intervención del Espíritu Santo, engendrándose en una Virgen para hacerse Hijo, inicia la etapa de la salvación del hombre que partió en dos la historia universal: AC y DC.

En este acercamiento encontramos una gran señal del poder de Dios, al revelarse de tres formas distintas y conservar su unidad plena en la Santísima Trinidad. Un Dogma de fe que como cristianos estamos obligados a creer, aunque no a entender.

Luego, pasamos al hecho concreto de Dios, adquiriendo su naturaleza humana y cambiando parámetros establecidos por Él mismo, como cuando sentenció a Eva y por medio de ella, a todas las mujeres, a parir con dolor. Pues con la Virgen no sucedió así, y fue un acto lógico de la divina voluntad, preservar a su Madre de las consecuencias del pecado original.

Las sagradas escrituras no dicen mucho del momento propio del nacimiento de Jesús, pero si tenemos revelaciones privadas que han recibido el "Nihil obstat" es decir, la autorización de la iglesia para divulgarse porque en nada se oponen a nuestra doctrina, en las que se narra la manera sobrenatural en que el Divino Niño llegó a manos de su mamá.

A la beata alemana Ana Catalina Emmerick (1774-1824) Dios le concedió el conocimiento místico de toda la historia sagrada. Ella relata la visión que tuvo de ese primer instante de Dios hecho hombre, contándonos que María estaba arrodillada cuando fue iluminada por una luz deslumbrante que bajaba del Cielo, cubriéndola totalmente, y en medio de un éxtasis que la levantó del suelo, vio al pequeño niño que estaba acostado e iluminado por un gran resplandor. Cuando el recién llegado del cielo lloró, su madre lo tomó en brazos mientras muchos ángeles lo adoraban.