La melodía del saxofonista sincelejano Justo Pastor Almario Gómez enamora varios países del mundo gracias a la internacionalización de su música. Es un artista en todo el sentido de la palabra por ello en su natal Sucre es reconocido por la disciplina y profesionalismo que le ha imprimido a su trabajo.

Nació en 1949 y desde hace más de 40 años está radicado en Los Ángeles, California, Estados Unidos, donde sigue creando, como la primera vez, música. De ahí su alrededor de 20 trabajos discográficos que lo han hecho célebre en el mundo.

Se especializó en el saxo, pero tiene manejo de varios instrumentos musicales. Inicialmente trabajó en Bogotá y en San Andrés Islas, con la banda del legendario Antonio María Peñaloza. Por ello, tuvo la posibilidad de viajar a los Estados Unidos para especializarse en el célebre Instituto Berkley, de Boston.

Se puede considerar que los maestros de Justo Almario son los saxofonistas Jorge Rafael Acosta y su hijo Alex Acosta, barranquilleros, quienes lo pusieron a escuchar el jazz a temprana edad.

Ha tenido colaboraciones con grandes del género del jazz como Tito Puente, Mongo Santamaría, Alex Acuña, Giovanni Hidalgo, Fela Kuti, Kenny Burrell, Abraham Laboriel y, sobre todo, Charles Mingus (de quien fue su asesor informal en la confección del legendario álbum 'Cumbia & Jazz Fusion', basado en el sonido de la Costa Atlántica colombiana).

Gran figura
Esto lo convertirían en una de las figuras con mayor reputación en el mundo del jazz latino, no solo por su reconocido virtuosismo, sino por la vocación espiritual que ha vertido en cada una de sus composiciones. Sin duda alguna es un embajador sucreño en el mundo, poniendo alma y corazón en lo que hace.