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Por: Carmelo J. Vargas Arteaga.
"Lorica, debe ser entendido como una construcción socio - histórica y cultural, cuyo significado varía de acuerdo con quien lo define, cuando se está definiendo y con qué fines.
Como construcción socio - histórica el término loriquero o bajosinuano, debe ser entendido, como un concepto más cercano a "raza", "clase" o "religión", que a la Costa Caribe, a Córdoba como departamento y a Colombia.
De la misma forma que el término "raza" que, dependiendo de quien lo esté utilizando, puede referirse a un tipo biológico, una posición ideológica a una categoría político -administrativa, donde la palabra loriquero pueda tener multiples significados".
Así como fue, es y seguirá siendo Lorica fue su hijo el escritor David Sánchez Juliao, un hijo de Rafael Sánchez Cárdenas y Nohora Juliao, costeño, cordobés, bajosinuano y loriquero que nació muy cerca del exótico río Sinú, del Cañito y de las playas del Caribe colombiano, un 24 de noviembre de 1945. Nadie lo recordó en está fecha, tal vez por no ser de color, ni idealista en su pensamiento social politico.
Pero lo que sí tengo claro es que fue un gran escritor, cuentista, cronista, periodista y galardonado con premios nacionales e internacionales como: "Plaza & Janés", "Nacional de Literatura", "Libros y Letras" y el "Dulcinea", concedido por la "Asociación Cervantina de Barcelona". Algunas de sus obras han sido traducidas a otros idiomas, entre las que se cuentan "Historias de Racamandaca", "Dulce Veneno Moreno", "El arca de Noe", "Buenos días América".
Este escritor y Lorica son idénticos como definición, ya que se destacó e interesó siempre por rescatar ese acervo de la tradición popular bajo sinuana y por ende loriquera.
Su capacidad narrativa, creativa y versátil voz, le permitieron recrear personajes anónimos de su tierra como: El Flecha, El Pachanga, Abraham al Humor, Fosforito.., los que han quedado inmortalizados en el acetato sonoro y han sido galardonados con discos de oro por ventas millonarias, obras de raigambre popular loriquero costeño que, para algunas pesonas, simbolizan "La Bacanería" y la vida descomplicada del Loriquero / para otros, una imagen caricaturesca y desdibujada de ethos caribeño.
Ya 12 años sin este gran símbolo de nosotros los loriqueros en Colombia y el mundo, debo decir que por David se conoce hoy Lorica en todo el mundo. No hay obra donde no mencione a su Lorica, cosa muy diferente a otro escritor nuestro, que por respeto y ética no lo voy a mencionar, pero si me daré permiso para colocar a Sánchez Juliao en lo que fue y es, merece igual o mejor trato, sin transformarlo en alguien que no fue.
Solo me permito escribir sobre él lo que se merece para atraer lo que necesita la cultura loriquera, David era un escritor orgulloso de su tierra, en todo mencionaba a su Lorica, por eso de mi parte merece también como Loriquero lo mejor.
David además de ser uno de los precursores de lo que se consideró en su momento, literatura de acetato y casete. Este sociólogo, escritor y periodista, fue un hombre con fino humor y conversador innato, propio de nosotros los de está histórica y patrimonial tierra.
David fue y será siendo para mí la mejor definición de nosotros como loriqueros, fue más allá del majestuoso Sinú con sus publicaciones de libros, novelas, cuentos, fábulas, historias para niños y en su periplo por el mundo fue embajador en la India y Egipto entre 1991 y 1995.
Lo que hoy estamos viendo en redes sociales como innovación, fue creado por este hombre por primera vez, y hago referencia a los "audio libros", de los que fue el precursor y lo que se consideró en su momento la literatura casete.
En 1975 grabó una serie de cuentos que aparecieron bajo el titulo de "¿Por qué me llevas al hospital en canoa, papá?". Entre 1975 y 1981 grabó y publicó "El Flecha", "El Pachanga", "Abraham al Humor", "Fosforito", "Pedrito el soñador" y demás historias que se desarrollan en su Lorica, su departamento de Córdoba y otras poblaciones del Caribe Colombiano, que se hicieron celebres en su propia voz.
Hablar de David es definir a Lorica, ya que nunca fue ajeno a la situación social y económica de este su entorno. Es así donde nos dejó en algunos de sus libros el reflejo de los años que vivía la gente loriquera de su época, por ejemplo en "Historias de Racamandaca" nos refleja la problematica Social / Económica/ Cultural/ Política/ Familiar e Individual que padecía su gente, las luchas que sostienen bajo la adversidad, la pobreza, la exclusión y ante todo contra el hambre.
Este loriquero también incursionó en la televisión, lo recordamos por tres grandes títulos que fueron éxito en audiencias como: "Pero sigo siendo el Rey" (1983) una serie que congregó la atención de los colombianos y el mundo. "Mi Sangre aunque Plebeya" ( 1986) y no se me puede pasar "Gallito Ramirez", la historia de vida de dos boxeadores que pelean no solo por salir de la pobreza, sino por el amor a una mujer.
Cachaco Paloma y Gato, Buenos días, America (1988), una novela en la que plasmó las costumbres, la forma de vida y la idiosincracia de Lorica; es un libro que nos transporta a las ondas de Radio Progreso de Córdoba y nos muestra como todo lo que dice una emisora se toma por cierto.
Representó al país en altas dignidades diplomáticas como cuando fue nombrado embajador de India durante el gobierno de Ernesto Samper Pizano.
David Sánchez Juliao nos lleva en ese avión de "encomiendas" como le llamábamos en esos años ( llevaba el cerdo muerto, la res, la gallina, el pavo, el bocahico, el queso, el suero, la yuca, el platano, el ñame.... entre tantas cosas más ) a Monteria - Bogotá.
A David no se le escapó este vuelo e hizo esa historia de amor y desamor de un francés y una cordobesa en "Dulce Veneno Moreno" (2005). Esta novela se desarrolla en la hora de vuelo que une las dos ciudades, tiempo en el cual nos transporta a Francia y otras latitudes del planeta. La literatura, sin duda, ocupa su obra cumbre, la que ha resultado afín con otras inquietudes suyas; el arte y la música, especialmente la de acordeón. De allí que haya sido escogido jurado en festivales de música vallenata.
Su profunda admiración por el "Negro grande de la Acordeón", Alejo Duran, a quien le hizo una entrevista en 1986, la que fue prensada en "Discos Sonolux". Diálogo ameno y didáctico en el que se hace un recorrido por la errante vida musical del maestro, contextualizado con su canto profundo y con "solos" de su melodioso acordeón.
Esa idolátrica admiración por Duran sirvió de pretexto para escribir unos libretos que dieron origen a la serie televisiva "Alejo", encarnada por el autor barranquillero Moisés Ángulo y transmitida por el canal Caracol.
David además fue ese tímido compositor en esto de la música. Se le ocurrió componer dos letras y tararear la música y entregársela a dos distinguidos integrantes del mundo de la canción vallenata o de acordeón. Decir que era compositor vallenato no le parecía, pues, una exageración grande y un exabrupto afirmó.
Es bueno recordar esa canción del Indio Sinuano, donde su voz encarna a los zenúes, y que alcanzó un gran nivel de difusión entre 1975 y 1980. Fue compuesta en su Lorica en 1974, mirando al río Sinú desde el balcón de una casa de un tercer piso, y empezó a pensar que su responsabilidad frente a la postura critica que había asumido frente al vallenato, debería llevarlo a hacer está propuesta, una composición más raizal, que intentara, al mismo tiempo, elevar los niveles de autoestima y de pertenencia del pueblo, que coadyuvara a un mejor conocimiento de su pasado, de su historia, de su valía.
Esta se la entregó a un cantante compositor que iniciaba en el Sinú el fenómeno del vallenato de protesta. Se llamaba Máximo Jiménez y fue financiada por una ONG en Sonolux en Medellín y curiosamente empezó a sonar en la radio de Córdoba y Sucre con mucha insistencia.
David no era de esos hombres que se negaba a sí mismo, era orgulloso de su Lorica y por eso siempre intentaba escribir cosas que se parecieran a él y a los suyos, frente a los cuales sintió una enorme responsabilidad de ayudar a ver las propias cosas en su comunidad y colectivos, que de otro lado, lo ayudaban a ver las propias cosas.
De esa manera escritor y comunidad loriquera, cordobesa, caribeña y colombiana se retroalimentaban y crecían junto a un proceso que podríamos llamar dialéctico, cosa que le permitía encontrarse, valorarse en medio del disfrute de la creación literaria.
Esto, de por sí, es difícil entender en un país dependiente y subordinado culturalmente como el nuestro, en donde se es más importante en la medida en que más se desprecie lo propio. Lo propio, que casi siempre representa lo ridículo y peyorativizable, y que conduce, irremediablemente, según algunos, al abismo de lo fatal.
Para terminar quiero decir que David Sánchez Juliao es loriquero, dignidad y ejemplo para nosotros los loriqueros y el mundo.
Leer a Sánchez Juliao nos inspira el dia a día en ese mejoramiento humano, de pensar en los demás y realizar cosas buenas para todos los loriqueros. Decir Sánchez Juliao es decir historia, libertad, justicia. Fue, es y será una figura inmortal donde Lorica lo debe recordar y honrar por ser el más grande escritor de todos los loriqueros, donde todo loriquero tiene un Sánchez Juliao dentro, sobre todo los que han leido e interpretado sus obras, pensamientos...
David nos guió siempre y hoy es un ejemplo en la literatura para nuestros niños, jovenes, adolescentes y un pilar para darnos a conocer al mundo y sus ideas no morirán, siempre estarán vigentes... Somos David, como loriqueros por derecho. Sánchez Juliao es la inspiración para todo los momentos loriqueros, es Lorica hecha letra, es poder identificarnos y encontrarnos con respuesta en cada paso que damos. Es esa motivación social o entrar al aula y al intercambiar con estudiantes es una fuente de ideas, es belleza.
Sánchez Juliao nos une en este suelo y sus letras son un libro llamado Lorica. Loables las obras de David, de gran vigencia y necesarias en estos tiempos y más a las familias para que encaminen a los loriqueros en los valores, cultura, costumbres, promoción, que sirva de análisis y debate en la sociedad, escuela, en la asignatura de español, literatura, historia etc.
Se nos hace necesario promocionar la obra de Sánchez Juliao, pues no todos la conocen y queda mucho por descubrir y leer de ese símbolo identitario que nos legó.
Reafirmamos que "David" vencerá siempre a los "Goliat", eso se se afirma en el pueblo, que afirma a sus intelectuales. Creo que todos tenemos una deuda con alguien y uno de ellos es con David Sánchez Juliao, y para aquellos que creen que no le deben nada a nadie la deuda es con ellos mismos.