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Cumbre de gobernadores

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11 de may. de 2023

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Por Fernando Negrete Montes

Hace un par de meses varios gobernadores preocupados con la situación empantanada del país enarbolaron las palabras "libertad y orden" porque los canales de comunicación con el gobierno nacional estaban cerrados, clamando decisiones y medidas de acción para enfrentar la difícil situación vivida por las comunidades de la Mojana, San Jorge, Cauca, Catatumbo, Caguán y la arremetida de los grupos armados y la inseguridad reinante en las ciudades del país, que Colombia semejaba tierra de nadie.


Ahora los gobernadores realizan una cumbre en Rionegro, Antioquia, propugnando por la federalización de estas entidades territoriales para desprenderse del centralismo bogotano porque en 32 años de la Constitución de 1991, poco se ha avanzado y acuerdan elaborar los proyectos de ley y hasta la convocatoria de una constituyente, con la convicción de que ese es el camino para la solución a tantos problemas, asunto que se enfoca en el tema fiscal y que puede ser ventajoso para los departamento con economías más grandes y perjudicial para los pequeños.

Los mayores ingresos de los departamentos corresponde a las transferencias de la nación del Sistema General de Participaciones, SGP, y del Sistema General de Regalías, SGR, que sobrepasan en un alto porcentaje a las rentas propias, denotando que hay traslado de impuestos desde los centros de mayor producción a los de menor, es decir, desde Bogotá, Antioquia, Valle, que serían los más beneficiados con la federalización en términos impositivos porque quedarían con todos sus recaudos, razón para pensar que la federalización debe contemplar otras variables.

En cuanto al departamento de Córdoba y de cara a las nuevas elecciones de octubre, los aspirantes a las corporaciones públicas deben dejar de lado su forma de hacer y utilizar la política encerrada en sus directorios y abrirse a una sociedad que clama cambios en la administración pública para que de la mano con el sector privado, modifique, entre otros, el uso de la tierra para pasar un millón de hectáreas dedicadas a la ganadería, sin reducir el hato, a la agricultura y traer, gestionar, las plantas industriales al territorio por fuera de la infraestructura requerida para las comunicaciones.

Estas transformaciones incrementarán los ingresos, el empleo, los impuestos y nuestra capacidad negociadora para depender menos de las transferencias del nivel central, asumir el desarrollo como el inversionista que pone las condiciones y necesita la autonomía para sus decisiones políticas y administrativas porque tiene los medios.