26 de abril de 2024
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Cultura woke o el derecho a ofender

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26 de abr. de 2023

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Por Bibiana Cabarcas

El término fue acuñado en Estados Unidos e iba unido a aquellos que defendían los derechos de las minorías, en inglés significa "despierto", pero en la actualidad han pasado de ser unos simples defensores de los que no tienen voz, a ser un movimiento cultural radical que no duda en tumbar estatuas de personalidades históricas y a "cancelar" obras literarias clásicas por considerarlas racistas u ofensivas.
Tal vez el discurso de defender a los "nadie" ya nos suena familiar en Colombia, la vicepresidente lo usa en casi todas sus intervenciones, y, como todo lo woke o progre suena muy bonito pero su trasfondo es otro, su fin último es imponer su cultura y manera de percibir el mundo a toda la sociedad, y quienes no se plieguen a esa particular mirada es considerado hostil y blanco de ataques de todo tipo.

Dentro de sus loables propósitos están la lucha contra la discriminación por sexo, orientación sexual o raza, solucionar problemas generados por el capitalismo, y la lucha contra el cambio climático. Es así como de las marchas del orgullo gay, se ha pasado a cátedras en jardines infantiles sobre orientaciones sexuales diversas e inclusivas; esto con el fin de ir "orientando" a los niños sobre homosexualidad y lesbianismo en edades cada vez más tempranas. Vemos a las feministas de pañuelos verdes al cuello, con los pechos desnudos al aire, reclamando el "derecho" a acabar con la vida de sus hijos desde el vientre de las madres, seguramente a estas que reclaman no les hubiese gustado que las abortaran. También atacan al capitalismo y lo señalan como un sistema opresor y esclavista que debe ser erradicado, curiosamente dichas protestas son publicadas por medio de redes sociales capitalistas desde celulares producidos por empresas capitalistas.

Los woke dicen defender el medio ambiente y se toman fotos en la naturaleza o con sus "perrihijos" marchando con sus tenis Nike hechos con derivados del petróleo. Por otra parte, fomentan el descrédito de personajes de la historia y de la cultura, como Cristóbal Colón y los personajes de la conquista, y también de los discursos considerados no acordes con el movimiento. De ellos es el lenguaje inclusivo, es así como vemos que se le dio el primer título de "abogade" en una universidad colombiana a un no binario, como si cambiando la vocal a por la e se dejaran de violar y matar mujeres por el hecho de serlo.

Esta cultura pisa fuerte y cada vez se infiltra más en el entorno educativo y está produciendo ya un cambio de visión no solo cultural sino socioeconómico, ya que, la industria capitalista que tanto critican, ha visto en ellos la veta para generar más renta a sus empresas, vendiéndoles sus ideales a través de productos masivos de consumo como camisetas, tenis, música e ídolos que ellos mismos devoran con pasión, sin entender que sólo son un eslabón más en la cadena productiva del mercado que dicen atacar.