27 de abril de 2024
Tendencias

© 2023 El Meridiano.

Cultura de la violencia

Por
13 de mar. de 2023

Compartir con:

thumbnail

Por Félix Manzur Jattin*

El paradigmático concepto de violencia y su conexidad con la cultura de la guerra protocolizó en el devenir de la historia universal, un mundo desigual e imperfecto. Generó una maraña vil que fabrica miserias, destruye vidas y subyuga corazones en la maldad.

Los paradigmas generados por este erróneo escenario, que es la cultura de la violencia, rige la vida del mayor depredador del orbe, el ser humano. La cultura de la violencia está plagada de miseria, de hipocresía, del velo cínico y torticero del actuar. De la prédica de la falsa moralidad, del silencio cómplice. Del fanatismo político, económico y social, racial y hasta religioso, que siendo fetichista y mentiroso, trunca vidas, destruye países y sociedades.

El dominio falaz, engañoso y manipulador del liderazgo mundial a través de la cultura de la violencia, convierte todos los puntos cardinales en un averno. El respeto a la justicia, vida y honra de los ciudadanos es un sofisma de distracción, una mecánica de conveniencia, un manejo de la ciencia y de la tecnología destructiva y apocalíptica. Hace siglos Cicerón ya afirmaba que el dinero y la ambición era el nervio de la guerra y de la violencia.

Aldous Huxley manifestó que se ha creado una tradición de violencia y los hombres aceptan escalas de valores, de acuerdo con los cuales, los actos de violencia, se computan como hechos heroicos y virtuosos. El filósofo que acuñó el término de 'Aldea Global', Herbert Marshall, sostiene que la violencia ya sea espiritual o física, es una búsqueda de la identidad y el sentido… ¡Vaya mundo! Otto von Bismarck también hace apología de la violencia mentirosa para lograr fines cuando decía: "Nunca se miente tanto como antes de las elecciones, para hacer la guerra y después de la cacería".

De la violencia para conquistar el nuevo mundo sería otro capítulo aparte. Fue el mayor holocausto universal. Se calcula que más de 70 millones de indígenas perecieron en las mitas, encomiendas y persecución del opresor durante décadas y centurias de dominación.

Nuestro país no se salva. Somos uno de los países más violentos del orbe. Poco se hace para erradicar la cultura de la violencia. La apología mediática y el morbo televisivo a la violencia, a la guerra y a la depredación prosternan a las nuevas generaciones a la glorificación de lo ilegal. Están construyendo una sociedad colapsada y maniatada al delictivo accionar. Dios nos ayude…