28 de marzo de 2024
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Cuellos de botella de la descentralización

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11 de may. de 2023

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Por Óscar Pérez Palomino

Profundizar la descentralización en nuestro país, representa un desafío de enormes proporciones, señala Hernández Becerra, dado que como "con la descentralización se transfiere poder a los territorios (…) pero como dicho poder no lo ejerce la ciudadanía, sino las élites políticas o las autoridades locales manipuladas por estas élites, surge la pregunta de ¿cómo lograr que la descentralización se traduzca en poder para la ciudadanía, y no se pierda en esos peajes de los grupos élites de las regiones?"
Resolver dicho interrogante, afirma el profesor emérito, implica superar los cuellos de botella de la descentralización, tales como, "el sistema político, la corrupción administrativa, el deficiente diseño constitucional de la organización territorial del Estado, la escasa participación ciudadana", el ajuste de la política nacional de ordenamiento territorial y los grupos armados.

"El más grande adversario de la colombianidad es su sistema político, corrupto, decadente y centralizado. Enemigo, por supuesto, de la extensión de la democracia. Un Estado centralizado es más operativo para las necesidades de un sistema político que funciona sobre la base del intercambio de favores entre los diversos actores políticos, el saqueo de las arcas públicas, el cobro de primas, comisiones o premios por tráfico de influencias (…) al acaparar el poder decisorio sobre la destinación de recursos públicos, la contratación estatal y el reparto de los empleos públicos (…). En consecuencia, se ha acentuado una cultura de la democracia simulada y de corrupción galopante, por cuanto el dinero se agota en pagar favores políticos". Señala el exmagistrado Hernández Becerra.

Respecto del ajuste de la política general de ordenamiento territorial al nuevo orden, expresado como modelo de forma de estado descentralizado, implica una revisión de las políticas sectoriales de desarrollo económico de intervención del Estado, por cuanto son determinantes del ordenamiento territorial. En efecto, así lo plantea Angel Masisris, "dentro de estas políticas, las sectoriales constituyen directrices o determinantes de los planes de ordenamiento territorial. La territorialización de estas políticas, dentro de un contexto de desarrollo territorial sostenible y armónico, constituye el reto del ordenamiento territorial".

Más aún, teniendo en cuenta que muchos de los sectores en Colombia han venido protegiendo jurídicamente sus actividades, tal es el caso de la minería, el medio ambiente, infraestructura, donde se han establecido zonas de protección que excluyen actividades ajenas a las de su sector para conservar sus áreas vitales…actividades sectoriales todas que priman sobre las del territorio, y por tanto, propenden por lo intereses exclusivos del sector y no del bienestar del territorio.

En tal virtud, continua señalando Hernández Becerra, si "el Estado no transvasa sus competencias y recursos en las entidades territoriales, si no hace un esfuerzo mayor de financiación directa a los gobiernos municipales y departamentales… se re-centraliza", como ha ocurrido en los últimos 30 años, perpetuándose de esta manera el abandono, la precariedad de servicios en la periferia, la inseguridad y la violencia que nos ha acompañado durante toda nuestra existencia republicana, al no intentar combatir la causa originaria de nuestras violencias internas: el inequitativo reparto del poder, concentrado en el centro de su territorio.

En consecuencia, "la descentralización puede hacer la diferencia entre la guerra y la paz. De hecho, la pugna entre centralismo y descentralización ha sido responsable de las continuas guerras civiles. Sin que nos hayamos dado cuenta, la falta de descentralización territorial quizá haya contribuido a las repetidas violencias intestinas del siglo presente", afirma el ex magistrado del Consejo de Estado.