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Crisis y autoconocimiento

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27 de mar. de 2023

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Por: Daniel Vallejo Restrepo

Es necesario tener en cuenta que hace falta aprender diferentes herramientas para afrontar las crisis que se presentan a lo largo de nuestra vida. Aquí surge la pregunta: ¿qué pasa con la educación? ¿Por qué no estamos preparados para resolver las crisis que se presentan? Llenos de miedo, salimos a buscar respuestas externas para hacerlo.

La pospandemia del COVID-19 se ha convertido rápidamente en un agente de crisis y de cambios importantes en nuestra sociedad y en el desarrollo de la normalidad en la que estábamos sumergidos hasta que el virus nos obligó a cambiar. Si bien se podría considerar al virus como el causante de la crisis en la que estamos inmersos en este momento, nos damos cuenta de que la crisis va mucho más allá de un tema de salud. Es evidente que como sociedad estamos afrontando la crisis en la que estamos inmersos desde hace varios años, en psicología lo llamamos síndrome de estrés postraumático.

Esta crisis a nivel social como individual nos hace dar cuenta de que nos encontramos ante un sistema con dificultades para afrontar una crisis, y también ante un sistema educativo carente de las enseñanzas en herramientas para afrontar una situación como la actual. Si bien no desconozco el trabajo realizado por los diferentes entes para garantizar que se desarrollen de la forma más natural y estructurada posible al retomar las actividades académicas, económicas y sociales, es importante tener en cuenta que esta situación va mucho más allá.

Y aquí es donde surge la pregunta: ¿estamos preparados como individuos, como personas, para sobrellevar la crisis? ¿Contamos con las herramientas necesarias para afrontar esta situación? ¿Tenemos la capacidad para desarrollarnos económicamente en un momento de crisis? Si no es así, ¿a qué se debe esto?

El primer paso para dar solución a este planteamiento es necesariamente mirarnos a nosotros mismos, reconocer nuestras capacidades y habilidades, profundizar en las herramientas que tenemos y con las que contamos para desarrollarnos o para afrontar esta situación. En segunda instancia, vamos a nuestros referentes de aprendizaje, a nuestro modelo educativo, a la sociedad en la que crecimos, tomando esto como el ejemplo que estamos siguiendo para afrontar nuestra vida.

Es momento de valorar si estamos haciendo énfasis en los elementos necesarios de educación y crecimiento o si una educación meremente material nos está alejando de la conciencia y el desarrollo personal y social.