Solo en territorio sucreño en el 2023 se han registrado 143 homicidios, mientras en Córdoba son 111.

La ola de sangre que se registra en Córdoba y Sucre parece estar fuera de control de las autoridades. En ambas regiones las cifras de homicidios superan los 110, lo que ha despertado la inquietud de la ciudadanía porque no se ve una reacción efectiva de los organismos encargados de la seguridad en estos territorios.

Si bien las autoridades aducen que todo obedece a una disputa territorial de banda criminales dedicadas al multicrimen, la situación debe mirarse desde otra óptica y es la de velar por la tranquilidad de las comunidades que no se sienten seguras en ningún sitio porque en cualquier momento pueden ser víctimas de una disputa en la que nada tienen que ver.

Lo preocupante de toda esta situación es que en la percepción de los ciudadanos existe el ideario de que se ha bajado la guardia en materia de seguridad, lo que ha llevado al aumento de una serie de delitos que afectan la convivencia ciudadana. El sicariato, el de mayor impacto en lo que va del presente año. Las autoridades no se pueden dejar seguir ganando terreno de los delincuentes que hoy azotan la región, donde se necesita un accionar contundente y eso no se da con el cambio de nombre de consejo de seguridad por puestos de mando unificado.