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Colombia, el paraíso de los ladrones

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2 de mar. de 2023

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Por Daniela Pérez Vásquez

Hace pocas semanas se viralizó en redes sociales un video grabado en Europa en donde le preguntaban a las personas en qué país de América Latina no les gustaría vivir y para sorpresa de pocos, muchos contestaban Colombia y varios justificaban su respuesta basándose precisamente en la percepción de inseguridad que tienen de nuestro país a pesar de no haberlo visitado nunca (algunos). Uno de los entrevistados incluso dijo que si salía con su reloj favorito en la muñeca, le cortarían el brazo solo para robárselo.

Lo anterior es tristemente la realidad en nuestro país y no es solo cuestión de percepción, pues las cifras de denuncias lo respaldan. El hurto a personas es un delito de alto impacto social que va en aumento cada vez más, y la acción (¿o inacción?) de las autoridades no ha logrado hacer frente a este flagelo que afecta diariamente a los ciudadanos. En el departamento de Sucre, en lo corrido del presente año, ya se han realizado más de 255 denuncias de este tipo, según datos del Siedco. Los celulares son de los objetos más robados y las modalidades a las que más recurren los delincuentes para hurtar son el atraco (con arma blanca o arma de fuego), el cosquilleo y el raponazo.

Si bien existe una correlación entre la falta de capacidad y disponibilidad de personal de la fuerza pública para atender esta problemática predominantemente urbana, el factor más importante es la fuerte demanda en el mercado negro tanto nacional como internacional, configurándose ahora un delito de carácter transnacional. Varios de estos equipos se venden en otros países por partes y como repuestos, e incluso pesados como chatarra. Las bandas criminales han logrado no solo adaptarse a los controles de las autoridades acerca de este delito, sino también han identificado y valorado los índices de rentabilidad de un artículo de uso común, muy necesario y de fácil comercialización.

Pero no solo los celulares son apetecidos por los delincuentes. Objetos como relojes llamativos, joyería y hasta zapatos son blanco de los dueños de lo ajeno, quienes no perdonan oportunidad para hacer de las suyas, por ello muchos son catalogados como "ladrones de oportunidad". Muchos derechos fundamentales son violados en el hurto a personas, y a pesar de ello, la justicia colombiana es bastante laxa con las penas o sanciones a quienes cometen este delito que aunque parezca banal, nos hace mucho daño como sociedad y afecta nuestra calidad de vida. Detrás de este flagelo se esconden otras problemáticas como el consumo de drogas, la falta de oportunidades laborales, el microtráfico, el reclutamiento de menores por parte de grupos al margen de la ley, entre otras.

Hurtar las propiedades de una persona atenta contra su integridad, y va en detrimento de sus derechos a la intimidad y a la privacidad. Es absolutamente necesario que en Colombia llegue una autoridad a imponer el orden y a devolverle la tan anhelada tranquilidad a los ciudadanos, imponiendo mano dura a los delincuentes que se creen con más derechos que todos.