El título de este editorial es el que queremos poner en nuestra primera página de las ediciones de Córdoba y Sucre pasado mañana, después que pase el Día de las Velitas, fecha en la que oficialmente comienza la época navideña y en la que, histórica y lastimosamente para todos, comienzan a sumar los casos de menores y adultos quemados con pólvora.
En los dos departamentos ya las autoridades hicieron las respectivas alianzas y comenzaron con los planes de prevención, pero sin duda que la labor de los padres de familia es la que tiene mayor incidencia en que el número de quemados no suba a uno siquiera. Y es que en muchas ocasiones la permisividad de los padres es la que lleva a finales poco deseados para los menores y también hasta para ellos mismos. Hay que seguir insistiendo, porque no hay otra alternativa que tocar la conciencia y los corazones de los adultos para que estas fiestas se vivan con alegría, en familia, con amigos, pero sin pólvora. Las acciones de las autoridades tienen que ser más contundentes en los expendios de pólvora, tanto en quien la vende al por mayor como en las tiendas de barrio, donde generalmente y de manera tradicional, es donde se le vende a los menores la pólvora de manera clandestina, solo pensando en el bolsillo de quien la expende y no en las consecuencias que esto podría traer. Estas tiendas, muchas de las cuales ya están identificadas, deberían ser cerradas y no de manera parcial, sino para siempre y que esto sirva de escarmiento.

El mejor regalo de Navidad para todos sería que Córdoba y Sucre no tengan quemados este fin de año.

Autor: El Meridiano.