Por: Francisco Montes Vergara.

La población sucreña para el 2023 está estimada en 982 mil habitantes. La mayor concentración se encuentra en los menores de edad, toda vez que menores de 18 años representan el 30.9 por ciento. Entre los 18 y 30 años son el 21.2. Desde los 31 años hasta los 40 acumulan el 13.7 por ciento. En el grupo de los 41 años y 50 son el 11.5. De los 51 años llegando a los 60 figuran el diez por ciento. En la generación de 61 años, obteniendo los 70, suman un porcentaje de 6.9. El conglomerado ubicado entre 71 y 80 años incorpora el 3.9 por ciento. Las edades de los 81 en adelante participa con 1.9.

El grupo que más representa población en el departamento de Sucre son los menores de edad. A ellos les sigue la población ubicada entre los 18 y 30 años. Posteriormente, se encuentra los habitantes que ostentan la edad entre los 31 y 40 años; llegando a los 41 y 50 años, son el cuarto grupo que más acumula demografía en Sucre. Los ubicados entre los 51 y 60 representan el quinto conjunto con el diez por ciento.

Entre los 17 y 60 años se recoge el 56.4 por ciento de la población. Este grupo se puede segmentar en dos. Hasta los 40 años la participación porcentual aterriza en el 34.9 por ciento. El segmento desde los 41 a los 60 agregan el 21.4 por ciento.

Es evidente que el orden de prioridades que se refleja en la población sucreña no es homogéneo. Sin embargo, existen necesidades básicas, las cuales son transversales y en esa medida también contribuyen a llenar vacíos que tiene la población para alcanzar el desarrollo social y económico.

A la población sucreña se le debe hablar con sinceridad. Al hablarle de soluciones se debe enfocar en proyectos específicos y realizables en el corto tiempo. Para ello es fundamental contar con la experticia de empresas privadas ejecutoras y con economías de escala. Ello toda vez porque la población sucreña no puede vivir los años posteriores viviendo de una expectativa.

Es totalmente necesario pasar páginas en el departamento de Sucre con el fin de dejar a un lado la reiteración de necesidades que han hecho parte de diferentes programas de gobierno y en ocasiones contribuyen a un discurso adormilado.