Por Fernando Negrete Montes

En una empresa del sector privado una persona puede permanecer empleada toda su vida laboral, siempre que sus propietarios sean los mismos, en el sector público las cosas no son tan estables debido a que las administraciones públicas se cambian cada cierto tiempo arrastrando el aparato público estatal, lo que provoca el sinfín de obras inconclusas por efecto de la corrupción social.

Este tema de competencias entre lo público y privado se pensaba resuelto con la entrada del siglo XXI porque a la intervención del Estado en la economía que permitió superar durante casi cuatro décadas el tema de las crisis económicas, se pasó en los últimos 50 años a una retirada del Estado y entrega al sector privado de la construcción y operación de las grandes obras de infraestructura y los llamados servicios públicos justificado por la ineficiencia de lo público. Pero el sector público no decreció en cuanto a la vinculación de personal y hoy día, de los 22 millones de empleos que tiene la economía colombiana, unos tres millones son del sector público y en la mayoría de los municipios y departamentos del país, son los mayores empleadores, aunque centrado este crecimiento en los contratos de prestación de servicios que se acercan al millón de personas bajo esta modalidad y que son contratos laborales porque tienen subordinación, cumplimiento de horario y permanencia.

Esta situación conlleva al final unos altos costos laborales que es recomendable su conversión en cargos de planta, previo estudio de necesidades en las administraciones públicas en donde lo técnico se imponga y no elaborar manuales de funciones acomodados a los perfiles de determinadas personas, afectando la transparencia, eficiencia y eficacia en el servicio público.

En Córdoba y sus municipios con plantas de personal administrativo de unos tres mil cargos, después de 17 años se realizó un concurso para provisión de las plazas vacantes provistas por nombramientos provisionales por el sistema de cuotas políticas, resultando "ganadores" personal no vinculado a la administración y quedando por fuera los que ocupaban los cargos y en algunos casos con 20 años de antigüedad.

Ganó la renovación porque se estima en 50% el número de empleos provistos por personal nuevo y con una alta participación de otros departamentos.