Por Glenda Fuentes

Es el cuento que muchas niñas y mujeres se creen. Calladitas, delicadas, tiernas, neutrales y bien puestas se ven más bonitas. Decir lo que no se quiere escuchar puede ser imprudente e incluso ofensivo ante el otro, por lo que se recomienda guardar silencio y llevar la fiesta en paz, es mejor no hacer tanto alboroto de lo que no pasó a mayores. Son estas creencias las que llevan a estas niñas y mujeres a guardar silencios frente a comentarios desagradables, miradas incomodas, acciones violenta, caricias inapropiadas e incluso abusos sexuales.

Nos han educado tanto para complacer que decir No, es un grito que se queda sin fuerza cuando más lo necesitamos y que se inviste de la culpa carcomiendo el alma. Guardando reservas que llevan a cuesta heridas que se hacen más grandes con el tiempo, vacíos que llenan de oscuridad y una inmensa frustración al ver como si nada a quien robó parte de su ser.

Es común pensar que estos casos ocurren con más frecuencia en cualquier lugar lejano, sin embargo según ONU Mujeres, 1 de cada 3 niñas y mujeres ha sufrido algún tipo de violencia a lo largo de su vida, a nivel global 81.000 mujeres y niñas fueron asesinadas en el 2020, el 58 % de estas por sus pareja, familiar y/o personas cercanas.

Así mismo, en Colombia el Sistema de vigilancia en salud pública–Si-Vigila, registró en el año 2022, 116.838 casos sospechosos de violencia de género, intrafamiliar y ataque con agentes químicos. Esta cifras son alarmantes, evidencian una problemática que se ha ido normalizando y que va en crecimiento.

¿Qué hacen estas niñas y mujeres que han perdido parte de su vida para recuperar lo que ya no puede ser devuelto?, y que hacen con los fantasmas de sus secretos que vienen acompañados del dolor, del repudio, del miedo, de la culpa, la baja autoestima, la desconfianza, la vergüenza, la ansiedad, etc.?

Si bien, estas mujeres podrán denunciar, buscar atención médica para combatir las secuelas de la violencia, buscar apoyo en la diferentes instituciones defensoras de los derechos humanos ¿Por qué se siguen restaurando niñas y mujeres cuando nunca han debido ser quebradas? ¿Por qué los prejuicios siguen haciendo sentir que socialmente es más fácil callar que exponerse al que dirán?, ¿Por qué es un estigma hablar de los derechos de las mujeres? ¿por que se sigue creyendo que hay responsabilidad en la víctima de violencia basada en género? ¿Por qué incluso las mujeres preferimos ignorar esta realidad por miedo a ser etiquetas como extremistas? ¿Por qué sigue incomodando hablar? ¿Por qué la mujer sigue luchando por la garantía de sus derechos? Y ¿Por qué decir NO sigue siendo tan difícil?.