25 de abril de 2024
Tendencias

© 2023 El Meridiano.

Ataques a la misión médica

Por
17 de ene. de 2023

Compartir con:

thumbnail

Por Remberto Burgos de la E.

Los ataques a la Misión Médica (MM) son una constante; la cifras que maneja el Ministerio de Salud y Protección Social lo confirman: 2020 con 325 casos, 2021 con 553 y el 2022 estamos cerca de los 300 casos-año. Surge una pregunta al ver estos antecedentes: ¿cuál es el propósito de todos estos desmanes? Porque no se respeta la vida de aquellos que por vocación prestan servicios de asistencia sanitaria.

Atacar una MM representa una agresión contra un grupo de personas que haciendo caso omiso a las recomendaciones de seguridad y la incertidumbre en las regiones se desplazan hacia esas zonas.

El Derecho Internacional Humanitario (DIH) se ha expresado muy claramente al respecto. La norma del 2002 de la 55 Asamblea Mundial de Salud y el Decreto 138 del 2005, donde hablan de las medidas de protección contra los ataques dirigidos al personal de salud, hospitales, servicios e infraestructuras sanitarias, ambulancias y exhorta a todas las partes del conflicto armado respetar -como mínimo blindaje humanitario- el cuidado y protección de todos estos bienes sanitarios que contribuyen durante el estallido del conflicto armado aumentar el número de víctimas.

El gobierno aceptó los Convenios de Ginebra de 1949, los Protocolos I y el Protocolo Adicional II de 1977 y es responsable de respetar los reglamentos del DIH en nuestro país. La Ley 171 de 1994 convirtió en Ley de la República el texto del Protocolo II.

Presentó además el estado la iniciativa que promuevan normas pertinentes y se establezcan fácilmente su aplicación para garantizar la seguridad del personal de salud. Las cifras de los últimos años son escandalosas y sin mentiras, desde el inicio de funciones de la MM, se han registrado cerca de 5.000 ataques.

En el 2012 se adhiere el país al Manual Médico y se aceptan las normas que califican de violaciones o infracciones su ataque. Se establece que las personas con lesiones (trauma y heridas) son responsabilidad del combatiente. Pero en última instancia le corresponde al estado velar para que aquellos que están en situación de vulnerabilidad tengan la misma oportunidad de atención, cuidando además a aquellos que la prestan.

Diptongo: quien sensibiliza al recurso humano nativo o sus atacantes.