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Así hablamos

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25 de abr. de 2023

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Por Remberto Burgos de la E.

De los temas más apasionantes y aún enigmático es el lenguaje. Nos permite compartir experiencias, y recuerdos. Podemos crear, revolver y solucionar conflictos. Es un arma noble si lo utilizamos con el propósito con el cual se incorporó a nuestras vidas. Cerca de 6.500 idiomas de uso en nuestro planeta y si nos exponemos a uno ellos pueden aprenderlo fácilmente. Al estar en el vientre, los bebés se impregnan de esos sonidos maravillosos y el cerebro se va adaptando a ellos. Hablarles es un gran sentido de comunicación. Las palabras y acariciar el vientre, son los primeros verbos que el feto va asimilando.

Es que construir una frase es un laberinto de notoria complejidad y definitivamente lo hacemos muy fácil.

Los gestos que acompañan las palabras son importantes tanto para el que habla como para el que escucha. Expertos dicen que en la búsqueda de los gestos se encuentran más cómodas las palabras. Las señas visuales de los padres se convierten en auxiliares de pedagogía en el idioma y son irremplazables. No olvidar que este es un proceso que necesita toda clase de estímulos y el acompañante visual es de primera línea. Sin duda: el lenguaje es más que convertir sonidos en palabras.

El estudio de la evolución en el lenguaje nos ha enseñado muchas lecciones. Expertos en neurolingüística demostraron, por ejemplo, el significado de los gruñidos de los chimpancés. Estos grandes simios modulan su lenguaje: gruñidos largos y agudos indican que la comida encontrada es muy buena. Cortos y graves que no es tan apetitosa. Los ásperos para decirles a los compañeros de la manada que se encontró la codiciada comida. La vida y el desenvolvimiento colectivo exigen una comunicación y esto que los magnos monos hacen cumple su objetivo.

De los recuerdos imperecederos y llenos de memoria apesadumbrada lo viví en mi casa. Mi padre aficionado a los animales tenía un canario el cual se consentía por todos en el hogar. Vivía en una jaula grande y comida fácil, por la noche se abrigaba protegiéndolo con una sábana. En la mañana, mientras se cambiaban los utensilios de la comida, empezaba los trinos más lindos y mi viejo le hacía eco. Cuando mi padre enfermó y falleció, algo sucedió: el canario dejó de cantar. A las dos semanas lo encontraron muerto dentro de la jaula. El factor emocional tiene un papel preponderante en el desarrollo y la presteza del lenguaje. Entender las afasias y su focalización, el hemisferio dominante y los centros integradores constituyen el gran reto de neuropsicólogos y especialistas en neurociencias.

Diptongo: ¿cómo será "así hablamos" en el congreso? Devolver las reformas es el lenguaje.