Antioquia, Bolívar, Córdoba y Sucre son los departamentos impactados por la Mojana.

Las soluciones a la crítica situación que viven los habitantes de la Mojana, no dan espera. Ya se dio un paso, que puede considerarse importante, pero se necesita una mayor celeridad para reubicar a miles de familias que en el último año han estado con el agua al cuello.

La firma del convenio para la compra de los tres primeros predios, de 46 hectáreas, ya se dio, pero falta mucho más, porque son cerca de 20 mil las hectáreas que están impactadas por la boca de Cara de Gato. Se necesita que la cuestionada Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo (Ungrd) y el Fondo Adaptación le metan el acelerador a fondo a realización de las evaluaciones de los mapas de riesgo, la gestión predial y el estudio para determinar la vocación productiva de los predios en los que serán reubicadas las familias damnificadas.

Estos procesos no pueden convertirse en cuello de botella para sacar adelante una salida a la emergencia, ya que el Gobierno Nacional no ha mostrado mayor interés en adelantar trabajos en Cara de Gato. El documento y el anuncio de la compra de los predios ya se hizo, ahora falta que se pase a los hechos, que es lo realmente valedero.