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Adolfo Pacheco: in memorian

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6 de feb. de 2023

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Por: Rafael González Guerrero.

Compadre ramón, le hago la visita pa´ que me acepte la invitación, quiero con afecto llevar al valle en cofre de plata, una bella serenata con música de acordeón, con notas y con folclor de la tierra de la hamaca. 

Esta es la composición más hermosa de nuestro folclor. Está hecha en eneasílabos o de nueve sílabas, como casi todas las canciones de la autoría de Adolfo Pacheco Anillo. Estos versos son llamados de arte, y tienen diversas formas de rimas. Está de la Hamaca Grande, rima en sus versos el primero con el tercero y el séptimo y el segundo con el quinto, el sexto y el noveno, quedando asonantes el cuarto y octavo. Su interpretación se hace difícil, pues el artista tiene que tener buena condición en su caja torácica para almacenar el aire suficiente y poder cantar toda la estrofa de la canción de un solo jalón. Por lo regular, quienes la cantan, los dos últimos versos los interpretan como si fueran un coro de la composición, que por supuesto no tiene. Andrés Landero y Enrique Díaz, que yo sepa, son los únicos que, de un solo envión, la cantan

El eneasílabo es antiquísimo, aparece por allá en siglo 10 y 12 DC y se dio popularmente más tarde, sobre todo, en la poesía conocida de cantos y danzas. Hoy lo vemos raramente en nuestros cantos sonados y folclóricos, que, por lo regular, son compuestos en cuatro versos. 

Pero su importancia no solo radica en la forma como se concibió esta poesía, sino también por las figuras literarias que crea. Entre ellas, el apocope, la metáfora y la alegoría, y plantea otros ritmos de su terruño, como hamaca inmensa, que además dejan en claro su ancestro indígena faroto, que también tienen historias como las de Francisco el Hombre, el de las tierras de Upar. Todo, enmarcado en un símbolo de amistad entre las dos regiones, palpable cuando les lleva, en cofre de plata, una bella serenata. 

En El Pintor, en aire de merengue, es un recuento de toda su obra en una narrativa comparativa y descriptiva, sin pincel y sin paleta, saca cuadros del folclor y de la naturaleza, cantándole al amor, a la tristeza, al dolor, la nostalgia, la dulzura, con solo un lienzo como pentagrama. 

De Pacheco Anillo podemos afirmar que fue uno de los mejores poetas de nuestro folclor, llevándonos de la mano de las musas y de su arte, para el regocijo material y espiritual.  Pacheco grande e inmortal.