Marisela Cogollo Galeano es una monteriana licenciada en Lenguas Extranjeras de la Universidad de Córdoba, que encontró su amor en los Estados Unidos, pero que sigue extrañando a su Montería del alma todos los días.
Su familia vive en el barrio Cantaclaro y desde muy joven decidió que la educación sería su soporte principal para tener una buena vida y a fe que lo logró. Era reconocida en la Universidad porque siempre le gustó el folclor, la cultura y sobre todo la danza. También porque mucha gente la veía llegar al salón de clases con una pequeña maleta cosmetiquera, pues alternaba sus clases de licenciatura con su trabajo de manicurista a domicilio.

Marisela siempre fue una joven centrada en lo que quería y no tuvo distracciones para hacerse rápidamente profesional y lograr un intercambio para ir a aprender más fluidamente el inglés en los Estados Unidos,
Durante su estancia en el país del norte encontró el amor de su vida y con ello a quien denomina su gran motor: su hijo Logan. En la ciudad donde vive además lleva el sello del folclor colombiano, porque participa en desfiles y festivales, siempre llevando orgullosamente el folclor colombiano y sobre todo el de su departamento de Córdoba.
Aunque Marisela trata de venir cada año junto a su familia a ver a sus padres en Montería, no deja de extrañar a toda su gente.
Vivo en la ciudad de Freemont, en el estadio de California, en la costa Oeste de los Estados Unidos. Un recuerdo muy lindo de mi ciudad Montería son las fiestas que se realizan en el mes de junio: Reinado Nacional de la Ganadería, Reinado Popular, las Fiestas del Río y la Feria Nacional de la Ganadería. También tengo grandes recuerdos del Festival del Porro en San Pelayo.

Estos son festejos que llevo clavados en mi corazón y que me ponen un poco nostálgica por no poder estar allá para celebrarlos como se debe, pero sí es un recuerdo muy bonito que tengo de todo lo vivido en Montería.
De mis estudios en la Universidad de Córdoba recuerdo mis amigos, a quienes dejé en Montería. El apoyo que nos dábamos en los momentos duros como estudiantes. Eso era mutuo, porque tanto yo les ayudaba y ellos a mi, por eso mis recuerdos para ellos siempre tienen un tinte de alegría y agradecimiento
De mi barrio Cantaclaro tengo guardados recuerdos en mi corazón de todo lo que viví, sobre todo entre familiares y amigos en las fiestas de fin de año, Navidad, Semana Santa, donde el monteriano se vuelca hacia su familia y se viven momentos que son muy bonitos.

La unión que se tiene con los vecinos es algo que en los Estados Unidos no se experimenta mucho y que es definitivamente un plus para la ciudad, porque hay gente muy cálida.

Gracias a Dios puedo ir muy seguido a Montería y puedo evidenciar todo el cambio y progreso que se registra siempre en la ciudad. Cada que voy hay cosas nuevas que se están haciendo o que ya se entregaron para que los monterianos nos sintamos tan orgullosos de la ciudad tanto como yo lo estoy.